Obama lleva pidiendo el cierre de Guantánamo en su programa electoral desde 2008. Sin embargo, trece años después de su apertura, la prisión continúa albergando a 150 personas. Y eso que según anunciaba la Casa Blanca a finales de 2013, el complejo cubano le cuesta a Estados Unidos doscientos millones de dólares al año.
Tras la oposición, por parte de la Cámara baja de cerrar la cárcel estadounidense para diciembre de 2014, los últimos esfuerzos del presidente se han centrado en designar a dos encargados para que velen por la clausura de la prisión cubana. En octubre, Obama encargaba al exmarine Paul Lewis sumarse a esta misión. Lewis se adhería así al equipo creado en junio en el Departamento de Defensa por el abogado Clifford Sloan.
En febrero del año pasado, 24 presos de Guantánamo decidieron iniciar una huelga de hambre ante el "trato irrespetuoso" dado por los funcionarios de prisiones a sus libros del Corán, así como por los registros efectuados en algunos de sus objetos personales (fotos y correspondencia). Otras fuentes apuntaban el abandono de las autoridadades hacia el penal como el principal origen de la protesta.
Tres meses después, la protesta aglutinaba a cerca de un centenar de reclusos. La situación alcanzó su mayor auge en el mes de junio: 106 presos continuaban sin comer y unos 60 estaban siendo alimentados por la fuerza. El presidente se vio entonces obligado a interceder y a enviar personal médico que comprobase la situación de los presos. Desde el 30 de julio el número de reos en huelga de hambre fue reduciendose. No obstante, a día de hoy la huelga sigue vigente.
El Tribunal de apelaciones rechazó la semana pasada una petición que abogaba por dejar de alimentar por la fuerza a los prisioneros. Dicha propuesta consideraba que la medida "viola las libertades individuales y va contra la ética médica".
"Ante la ausencia de circunstancias excepcionales, los funcionarios de la prisión pueden alimentar a la fuerza a reos que sufran de inanición y afronten el riesgos de morir", concluía el Tribunal de apelaciones
"No quiero que estos individuos mueran", respondía el presidente de los Estados Unidos al conocer la decisión del Tribunal.
La prisión de Guantánamo fue instalada en la isla de Cuba en 2001 para encarcelar a los individuos sosperchosos de terrorismo en los Estados Unidos. La prisión alcanzó su mayor auge tras los atentados del 11S, llegando a alcanzar la cifra de 780 presos.
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