El contrabando de marfil no cesa

  • El negocio del marfil sigue prosperando e incluso está aumentando en los últimos años en algunos lugares de África. La llegada cada vez mayor de chinos en viajes de negocios o placer o bien para establecerse como trabajadores en el continente está acrecentando el problema, pues al parecer en muchos casos desconocen la ilegalidad de los productos de marfil. Las ONG y el gobierno chino ya han puesto en marcha campañas informativas.
Pulseras, collares y palillos chinos de marfil confiscados en el Merkato de Adis Abeba (Etiopía)
Pulseras, collares y palillos chinos de marfil confiscados en el Merkato de Adis Abeba (Etiopía)
Yeneneh Teka | Ethiopian Wildlife Conservation Authority | GlobalPost para lainformacion.com
Erin Conway-Smith | GlobalPost para lainformacion.com

(Adis Abeba, Etiopía). Los vendedores de recuerdos del Merkato, un enorme mercado en Adis Abeba, saben lo suficiente como para tener sus objetos de marfil escondidos bajo el mostrador. Pero cuando un cliente potencial se acerca, entonces los sacan de sus bolsas de papel marrón: palillos para comer, pulseras, collares y otros artículos ilícitos hechos en marfil.

"Puedes saber si es de verdad por las líneas", asegura un vendedor señalando una marca ondulada en el marfil.

Los palillos, hechos especialmente para los numerosos chinos que trabajan en Etiopía, se venden en el Merkato a 280 birr el par (unos 15 euros). Si se compran cinco pares, el precio baja a 220 birr (unos 12 euros) la pareja. "¿Pero nos los podemos llevar a China?", pregunta el comprador. "No hay problema", le dice el vendedor, que nos asegura que éste es uno de los productos que más vende.

La matanza de elefantes en África por sus colmillos de marfil es un viejo problema que ha ido en aumento en los últimos años. Se dice que el aumento del número de chinos que llegan al continente (como trabajadores, empresarios y turistas) es una de las razones detrás del creciente contrabando.

Por eso los grupos ecologistas han puesto en marcha una campaña para educar a los ciudadanos chinos que viajan a África sobre el marfil y las penas a las que se enfrentan si se lo llevan a su país. Pero las organizaciones conservacionistas también quieren que el gobierno chino participe en sus esfuerzos para combatir un problema que ha aumentado de manera drástica en la última década.

La organización internacional TRAFFIC, que vigila el comercio global de especies animales, ha comenzado a distribuir folletos sobre el marfil a los turistas chinos que viajan a África. En torno a 100.000 de esos folletos se dejarán en agencias de viajes en las principales ciudades chinas. Además, los grupos de turistas recibirán una charla antes de viajar informándoles de que es ilegal sacar, en persona o por correo, productos de marfil de África.

Tom Milliken, director de TRAFFIC en el este y sur de África, asegura que está contento con la campaña, que se está realizando en colaboración con las autoridades de turismo de China y representantes de CITES (Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestre). Sin embargo, asegura que los folletos son solo un pequeño paso, y que el gobierno chino debe de tomar más medidas.

"Está muy claro que los chinos están implicados en este tipo de comercio ilegal, pero no hay nada ahí fuera escrito en sus idiomas y que puedan entender fácilmente aquí en África; algo que les haga echarse para atrás y replantearse lo que están haciendo", afirma Milliken e insiste: "creo que mucha gente lo ve como un atajo para enriquecerse rápidamente, y no son conscientes de las serias ramificaciones legales a las que se enfrentan si les pillan cuando lleguen de vuelta a su país".

En una reunión del CITES en 2007, cuando China intentaba conseguir permiso para importar marfil legalmente, se comprometió a enviar una misión a las comunidades chinas en África para advertirles sobre este contrabando. Hasta ahora esa misión no se ha producido, aunque las autoridades chinas sí han detenido a ciudadanos intentando introducir marfil de forma ilegal en el país. Muchos de quienes fueron detenidos trayendo marfil de África aseguraron desconocer que se trataba de una práctica ilegal.

"Tengo la clara sensación de que están intentando desvincularse de este compromiso, y no está nada claro que están todavía comprometidos con la misión", afirma Milliken.

Según el informe más reciente de TRAFFIC con datos extraídos del Elephant Trade Information System, un sistema de control bajo el paraguas de CITES, los casos de contrabando en los que participan chinos han supuesto más de 41 toneladas de marfil, y el 85 por ciento de esos casos se produjeron en los últimos 10 años. "China continúa siendo el jugador más importante en el tráfico ilegal de marfil", señala el informe.

Se han detectado desde pequeños casos (turistas comprando palillos) hasta operaciones a gran escala, en los que estaban implicadas organizaciones mafiosas o trabajadores que viajaban a África para otros negocios pero que aprovechaban la oportunidad para comprar marfil y enviarlo a su país. "Esto está ocurriendo a todas las escalas y en modos distintos, pero en conjunto suma un comercio de marfil realmente pernicioso", indica Milliken.

En Etiopía las autoridades ordenaron recientemente una redada de recuerdos de marfil en el Merkato, en un total de 115 tiendas. Más de 100 policías acompañados de personal de la Ethiopian Wildlife Conservation Authority (EWCA) requisaron 190 kilos de marfil, entre los que había colmillos, brazaletes, collares, palillos y esculturas, según figura en un informe oficial. Los comerciantes a los que se les requisó el material fueron juzgados de inmediato y sentenciados a multas que iban de los 5.000 a 9.000 birr (394 a 709 dólares).

A finales de noviembre, una operación en la que participaron la Interpol y autoridades medioambientales y policiales de seis países africanos condujo a la captura de más de 1.723 kilos de marfil ilegal. Tres chinos, tres tanzanos y 59 keniatas fueron arrestados.

En China, el periódico gubernamental China Daily negó las declaraciones hechas por el director de una ONG ecologista de Kenia, en las que relacionaba el aumento de la caza ilegal de elefantes con el incremento de trabajadores chinos en África.La embajada china en Nairobi publicó un comunicado a principios de este año destacando que las leyes de su país prohíben estrictamente el tráfico de marfil y que "el gobierno chino se ha involucrado en un amplio abanico de campañas educativas".

"El gobierno chino solicita a sus ciudadanos en África que se atengan estrictamente a las leyes y regulaciones locales, que no se involucren en ningún negocio o transporte del marfil o productos relacionados", añadía el comunicado.

Sin embargo, también aducía que los dos turistas pillados con marfil en el Aeropuerto Internacional Jomo de Kenia en un incidente del año pasado no sabían que era algo ilegal: "compraron productos de marfil como pulseras y ajorcas de algunos países africanos como souvenirs que están disponibles abiertamente en el mercado local. Muchos de los turistas van por primera vez a África y no conocen las prácticas internacionales con el marfil. No son como los traficantes a los que nos referimos habitualmente. En cualquier caso, violaron la ley keniana por ignorancia y han aprendido la lección".

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