El Ejército de EEUU pone fin a la guerra de Irak

  • El Ejército estadounidense ha puesto fin a la guerra en Irak retirando una bandera militar en una ceremonia a la que ha asistido el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, casi nueve años después de la invasión que derrocó a Sadam Husein.
Obama anuncia el fin de la guerra de Irak
Obama anuncia el fin de la guerra de Irak
Atlas
Agencias

El Ejército estadounidense ha finalizado oficialmente la guerra en Irak retirando una bandera militar en una ceremonia a la que asistió el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, casi nueve años después de la invasión que derrocó a Sadam Husein.

Los últimos 4.000 soldados estadounidenses se retirarán del país a finales de año, lo que dejará a Irak ante una debilitada pero persistente insurgencia, tensiones sectarias e incertidumbre política.

"Después de mucha sangre derramada por iraquíes y estadounidenses, la misión de lograr un Irak que pueda garantizar su Gobierno y seguridad por a sí mismo se ha hecho realidad", dijo Panetta en la ceremonia.

Unos soldados estadounidenses retiraron la bandera de las fuerzas de su país en Irak y la guardaron en una funda color camuflaje.

Casi 4.500 efectivos estadounidenses y decenas de miles de iraquíes perdieron la vida en una guerra que comenzó con una campaña de misiles sobre Bagdad, pero luego terminó en una sangrienta lucha sectaria entre la mayoría chií del país, oprimida durante mucho tiempo, y sus ex dominadores suníes.

Sadam está muerto y la violencia ha disminuido, pero Irak todavía lucha contra la insurgencia, un Gobierno frágil y una economía dependiente del petróleo afectada por cortes eléctricos y corrupción.

En Faluya, ex bastión de la insurgencia de Al Qaeda y escenario de algunos de los peores combates en la guerra, varios miles de iraquíes celebraron la retirada estadounidense el miércoles, algunos quemando banderas de EEUU y mostrando fotografías de sus familiares muertos.

Los vecinos de Irak seguirán de cerca cómo Bagdad se enfrenta a sus problemas sin el apoyo de la presencia militar estadounidense, mientras una crisis en la vecina Siria amenaza con afectar el equilibrio sectario y étnico de la región.

El presidente estadounidense, Barack Obama, quien prometió durante su campaña retirar a los soldados de Irak, dijo al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que Washington seguirá siendo un socio leal después de que las tropas dejen el país.

El liderazgo chií de Irak presenta la retirada como un nuevo comienzo para la soberanía del país, pero muchos iraquíes se preguntan qué dirección tomará la nación una vez que los efectivos estadounidenses se retiren.

Algunos temen más luchas sectarias o un regreso de Al Qaeda para sembrar terror en las ciudades. Otro punto de conflicto es una disputa entre los kurdos en su enclave semiautónomo del norte y el Gobierno central árabe iraquí sobre territorios disputados y el petróleo.

La violencia ha disminuido desde los días más sangrientos de asesinatos sectarios cuando los suicidas y los escuadrones se cobraban cientos de víctimas al día en un momento en el que el país sufría asesinatos de represalia entre las comunidades suníes y chiíes.

Sólo en 2006, 17.800 militares y civiles iraquíes murieron en incidentes violentos.

Pero incluso para aquellos que disfrutan esa sensación de soberanía, la seguridad sigue siendo una preocupación seria. Los atentados ahora están dirigidos a responsables del Gobierno iraquí y fuerzas de seguridad, en un intento de demostrar que las autoridades no controlan la situación.

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