El líder de los laboristas británicos suplica a su partido que no se rebele contra él

Ed Miliband, el líder del partido Laborista en Reino Unido, tenía, por admisión propia, un problema de imagen. Ahora, tiene un problema de liderazgo. A siete meses de las elecciones generales en el país, el líder del partido ha tenido que suplicar a sus compañeros de partido que no le abandonen, mientras en el seno del grupo crece el movimiento en su contra.

Unas conspiraciones secretas que parecen tener cada vez más fuerza, y que, a pocos meses de unas elecciones decisivas, podrían tambalear al grupo, que lucha mano a mano con los conservadores, según las últimas encuestas. En el último sondeo de YouGov, el partido laborista obtendría un 33% de los votos, los conservadores, un 32% y UKIP, un 15%.

El seno interno de los laboristas seprepara una rebelión contra su dirigente: dos figuras destacadas del grupo,Yvette Cooper y Andy Burnham, están realizando ya negociaciones secretas para un pacto de 'no agresión' en un futuro post-Miliband. Fuentes interiores del partido temen que la pésima imagen de su actual candidato esté conduciendo al grupo a una derrota en las elecciones.

Por lo menos cuatro de sus diputados han pedido su dimisión, y se les podrían unir más, por temor a perder en sus propios distritos. Los diputados que han realizado la petición son, informan los medios, representantes de distritos con estrechos márgenes de victoria, que ven peligrar sus puestos por culpa de Miliband.

Este jueves, realizó una aparición televisiva no planeada, en un intento por calmar los rumores de crisis. Algo que podría haberle hecho más mal que bien, aseguran algunas fuentes. Según apuntaba un diputado del partido "hace que parezca más grave de lo que realmente es".

El pasado 2 de noviembre, las encuestas daban a Miliband una pésima valoración: sólo un 17% de los votantes cree que sería un buen dirigente, frente a un 34% que valora bien a David Cameron. En una encuesta para la radio LBC, realizada por YouGov, la mitad de los votantes del partido, un 49%, cree que al partido le iría mejor en las elecciones sin Ed Miliband. El auge de Ukip ha revertido el tradicional bipartidismo del país, y aunque la preocupación por los euroescépticos sea mayor en el partido de Cameron, Farage también ha conseguido hacerse con exvotantes laboristas.

El derrumbe en Escocia también es otro de los factores en la 'caída' de Miliband. Anteriormente un fuerte laborista (la región dividía sus votos entre el SNP y los laboristas, enviando apenas a un conservador al Parlamento británico), la última encuesta de Ipsos Mori, de finales de octubre, apunta a una completa erradicación del laborismo al norte de la frontera: según la estimación de voto, pasarían de tener 41 diputados escoceses en el Parlamento a tener 4. El SNP, partido de la independencia escocesa, obtendría un 52% del voto frente al 20% que obtuvo en las últimas elecciones, ganando 54 escaños en Westminster.Un sandwich de bacon, un 'olvido' y no saber cuánto vale la compra

"Parece raro, habla raro, es raro". Una dura crítica a Ed Miliband hecha desde dentro de su propio partido. Recogida por el blog confidencial político Guido Fawkes, llegaba desde una figura laborista, que no fue nombrada. La imagen de Miliband preocupa, algo que él mismo sabe (llegó a admitir que no sale tan bien en las fotos como David Cameron) , y han sido numerosas las ocasiones en las sus los errores han hecho bajar la cabeza por vergüenza a más de un laborista. Es más, en una encuesta de YouGov para la web Buzzfeed, un 40% de los votantes aseguraba que el laborista era "raro". En las revelaciones del blog Guido Fawkes, otro diputado laborista, Graham Stringer, aseguraba "no puedes convertir a Ed Miliband en la personalidad de Nigel Farage (...) pero lo que sí que se puede hacer es asegurarse de que su presentación como persona es profesional".

El pasado mayo, fueron sus dificultades para comerse un sandwich de bacon, grabadas en vídeo, las que suscitaron las burlas y críticas a su imagen en medios nacionales. Él mismo intentó bromear con el asunto, que se ha convertido en el ejemplo 'clásico' al que acuden los medios de Reino Unido para hablar de la mala imagen del líder laborista.

El pasado mes de septiembre, durante la conferencia anual del partido, se olvidó de parte de su discurso. Un olvido casual, que podría haber pasado desapercibido, si no fuera porque las partes de su discurso que omitió fueron las dedicadas a la inmigración y a la economía, dos claves del actual discurso político británico.

En mayo, también, fue su desconocimiento del coste de la compra semanal lo que le valió más de una crítica. Sus repetidos errores son tan habituales que los medios británicos se echaron pronto a la faena: no tardaron en crear los artículos de listas con la recopilación de sus 'mejores' momentos y hay blogs dedicados exclusivamentea sus públicos deslices.