El misterio de las piedras esféricas de Costa Rica

  • Los costarricenses llevan cerca de un siglo preguntándose el origen de unas misteriosas piedras perfectamente redondeadas que encontraron en medio de la selva cuando unos trabajadores despejaban la zona con el fin de ganar terrenos para plantaciones. Ahora, sin el misterio resuelto, la UNESCO está estudiando la petición de Costa Rica para incluir estas esferas entre las maravillas que forman el Patrimonio de la Humanidad.
Costa Rica quiere que la UNESCO reconozca sus piedras esféricas como Patrimonio de la Humanidad (Imagen: Connor Lee)
Costa Rica quiere que la UNESCO reconozca sus piedras esféricas como Patrimonio de la Humanidad (Imagen: Connor Lee)
Connor Lee
Alex Leff | GlobalPost

(San José, Costa Rica). A primera vista, la solitaria escultura esférica podría pasar por una pieza de arte moderno. Sus formas dan una sensación de tranquilidad en la ciudad de San José. Pero la esfera de piedra es, en realidad, una pieza de la época precolombina cuyos orígenes siguen siendo un misterio.

Desde que esta piedra y otras 300 piezas similares fueron descubiertas cerca de la costa pacífica, ha habido todo tipo de teorías para explicar su utilidad. ¿Servían para comunicarse con extraterrestres? ¿Su ubicación corresponde al boceto de un mapa galáctico? ¿Provienen de los descendientes de la Atlántida?

Las esferas tienen diferentes tamaños, desde una bola de bolera hasta una pieza de 15 toneladas. Sus terminaciones son sorprendentes: parecen hechas a máquina, pero en realidad son obra de artesanos indígenas que las picaron y esculpieron en granodiorita --una roca similar al granito- utilizando otras rocas del mismo material. El resultado: esferas casi perfectas.

Ahora, 70 años después de su descubrimiento cerca de la frontera con Panamá, Costa Rica aspira a que la UNESCO designe la zona como Patrimonio de la Humanidad. Sería la cuarta vez que el país aparece en la prestigiosa lista, donde también destacan las pirámides de Egipto y el Taj Mahal. El mes pasado, un equipo de expertos visitó el lugar para analizar sus méritos.

El arqueólogo costarricense, Francisco Corrales, ha estudiado el lugar durante 25 años. Dice que las piedras constituyen una puerta de acceso a los ancestros indígenas del país, olvidados durante mucho tiempo.

"En Costa Rica, existe el mito de lo blanco", explica Corrales quien añade que los costarricenses, a diferencia de sus vecinos en Centroamérica, rara vez se identifican con su herencia indígena. Afirma que las esferas han aportado una conexión tangible con el pasado. "La gente cree que los indígenas de esta zona no alcanzaron el mismo nivel de desarrollo que Mesoamérica, o los mayas, etc. Las esferas de piedra comienzan a acabar con esa idea".

Corrales estima que las esferas datan de entre el 400 antes de Cristo y el siglo XVI y son obra de los mismos artesanos que crearon las miniaturas de oro en forma de mariposas, ranas y lagartijas que se exhiben en los museos de San José. Al igual que otros pueblos indígenas del continente americano, estos artistas habrían muerto después de la llegada de los españoles a finales del siglo XV e inicios del XVI.

Los expertos señalan que estos monolitos se utilizaban para indicar el estatus social, pero también estudian posibles conexiones con el sol, las estrellas y el cielo. Aunque por ahora no existen teorías concluyentes, Corrales rechaza tajantemente la leyenda de que las esferas provienen de la Atlántida. Eso es "pura fantasía" y algo racista, porque pone en duda la capacidad de los indígenas de Costa Rica, afirma.

A finales de los años 30 del siglo pasado, una filial de la empresa United Fruit Company comenzó a despejar una parte de la selva para plantar bananas. Los trabajadores se encontraron con las esferas y las trasladaron en camión y en tren. Las piezas acabaron en lugares públicos como parques o iglesias o fueron adquiridas por coleccionistas privados.

En 1980, el Gobierno costarricense comenzó a interesarse por su conservación y dos años más tarde, las esferas pasaron a ser propiedad del Estado. Durante la última década, han regresado progresivamente a su lugar original, en el sur del país.

Sin embargo, los proyectos inmobiliarios amenazan con entorpecer los esfuerzos de conservación. Se habla de la construcción de un nuevo aeropuerto en la zona de Palmar Sur, un importante sitio arqueológico. Las autoridades también prevén una planta hidroeléctrica en Diqui, otro lugar donde aparecieron las esferas.

Según el Museo Nacional, ambos proyectos obligarían a trasladar las piezas. El Museo ha sido uno de los grandes promotores de que la UNESCO catalogue las esferas entre sus maravillas mundiales.El país ya cuenta con tres lugares considerados Patrimonio de la Humanidad: Isla de Coco, un paraíso inhabitado en la costa pacífica; la reserva Talamanca-La Amistad, un bosque tropical y territorio indígena en la costa caribeña que limita con Panamá; y Guanacaste, una zona de conservación rica en biodiversidad, en el noroeste del país.

Los representantes de la UNESCO se mostraron impresionados en su reciente visita. "Lo más importante es que estos objetos no han sido descontextualizados", afirma Freddy Montero, funcionario de la UNESCO en San José, que confirma que los expertos han tenido la oportunidad de ver las esferas en su lugar de origen.

En uno de los lugares visitados, existen dos esferas en la puerta de una importante zona tribal. Esto ha hecho creer a los arqueólogos que se usaban como símbolos de estatus.

Pero lograr el sello de UNESCO no está garantizado. Montero indica que la visita es un punto de partida de un largo proceso para seguir investigando y protegiendo el lugar, algo para lo que es importante involucrar a las comunidades locales para promover el desarrollo sostenible y la conservación.

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