El Tea Party amenaza con fraccionar el Partido Republicano

  • Este movimiento ciudadano ultraconservador se ha convertido en todo un fenómeno que marcará las elecciones del próximo 2 de noviembre. El politólogo y subdirector del Centro de Estudios Pew de EEUU, Michael Dimock, analiza en lainformacion.com lo que significa el movimiento del Tea Party para el futuro de EEUU y del Partido Republicano en particular.

El autobús del "Tea Party", rumbo a California y con el viento a favor
El autobús del "Tea Party", rumbo a California y con el viento a favor

¿Cree que el Tea Party es la salvación para el Partido Republicano en estos comicios?

A la larga supondrá retos para el Partido Republicano, porque los miembros del Tea Party son más conservadores, en su mayoría. Puede conducir a fisuras internas dentro del partido y forzarlo más hacia la derecha. Desde luego, es un reto estratégico para los republicanos. Si obtienen la mayoría [en las elecciones legislativas del 2 de noviembre], ¿cómo conseguirán unificar esta coalición y satisfacer a ambas partes, incluido el sector más moderado?

Pero hay algunos miembros del Tea Party que aseguran no defender al Partido Republicano…

Es cierto. Mucha gente [del Tea Party] rechaza ambos partidos políticos, tanto a los republicanos como a los demócratas. Pero sabemos que van a votar a los republicanos mayoritariamente, con un amplio margen. Aún así, en algunos casos los miembros de este movimiento ciudadano creen que el Partido Republicano no es suficientemente conservador, que no reducen lo suficientemente el papel del Gobierno. Además, el Tea Party también sintoniza con un segmento de estadounidenses independientes.

¿Describiría a este movimiento ciudadano como ultraconservador?

Piensan que el Gobierno no tiene las prioridades correctas. Sus raíces, sus principios básicos son muy conservadores, sobre todo en lo que se refiere a la influencia estatal en la economía. Nuestros análisis también muestran que la mayoría son conservadores en temas relativos al matrimonio o al aborto.

Un aspecto polémico sobre la llegada de este movimiento es el tono de discusión [que se reduce al] blanco o negro. O estás con nosotros o sin nosotros. El Tea Party ha polarizado el debate incluso más de lo que ya estaba entre los demócratas y los republicanos. El lenguaje que emplean es cada vez más crudo y eso no va a unir a la nación.

¿Podría destacar algo positivo del Tea Party?

Creo que el Tea Party ha ayudado a movilizar a un montón de votantes frustrados que están descontentos con la política y que de otra forma podrían no haber ido a votar. También ha creado una comunidad de muchas personas, con grupos relativamente locales. Una comunidad cara a cara es una de las formas más poderosas de movilizar a la gente.

En algunos actos del Tea Party se han oído insultos contra los inmigrantes. ¿Son casos aislados o se está convirtiendo en un movimiento racista?

Hay un debate muy grande sobre si son racistas o no. Yo creo que la mayoría no están motivados por cuestiones de raza en su animosidad contra Obama ni en su visión sobre la inmigración. Lo que pasa es que sus planteamientos afectan de por sí a ese sector de la población: un Gobierno más pequeño [con menos influencia], menos beneficios sociales, que el Gobierno haga menos por la gente que necesita ayuda.

Es cierto que son mayoritariamente blancos y de clase media, media-alta. Hay gente que cree en esas cosas por sus propias razones y probablemente aparecen en estos actos del Tea Party. Pero creo que sería injusto decir que la raza es una de sus motivaciones.

¿Qué posibilidades tiene el Tea Party de verse representado en el Congreso tras las elecciones del próximo martes, 2 de noviembre?


Según nuestras encuestas, una cuarta parte de la población se ve identificada con el Tea Party, mientras que otro 25 por ciento manifiesta estar en desacuerdo con este movimiento. Pero hay un 50 por ciento que no sabe no contesta.

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