El volcán islandés atraerá más turistas que nunca al país del hielo

  • El volcán islandés Eyjafjallajokull que ha trastocado durante días la actividad aérea de toda Europa causando múltiples trastornos a los viajeros además de pérdidas de miles de millones de euros a todo el negocio aereo y turístico. Pero no todo han sido malas consecuencias. Islandia ha conseguido centrar el centro de atención de medio mundo y atraer la curiosidad -y el dinero- de potenciales turistas que ya empiezan a mostrar su interés por viajar a la isla helada para ver el volcán de primera mano.
El volcán islandés ha dejado de estar en erupción, según un experto
El volcán islandés ha dejado de estar en erupción, según un experto
Christine McConville | GlobalPost

(Parque Nacional de Skaftafell, Islandia Oriental).¿Viste el volcán?Es lo primero que pregunta la gente cuando les digo que acabo de estar en Islandia. Parece que todos están fascinados con el Eyjafjallajokull y la nube de ceniza. Mientras muchos viajeros internacionales han tenido que afrontar problemas con vuelos por culpa del volcán, aquí en Islandia existe la sensación de que la erupción es un motivo de celebración.

"Todo el mundo habla de nosotros", afirma Arnar Mar Olafsson, experto en turismo, mientras conduce su Land Rover Defender hacia el Eyjafjallajokull, al este de Reikiavik. "La gente de todo el mundo está fascinada con este tema" dice con una sonrisa. Y tiene razón.

Las imágenes de la erupción en internet están entre las más vistas de los últimos años y en eBay los frascos con ceniza del volcán se venden como pan caliente. Ahora que todo el mundo les observa, Olafsson y otros expertos del sector turístico intentan convertir ese interés en visitas. Algunos dicen que ya han comenzado los viajes hacia este pequeño país de 300.000 habitantes.

Michael Raucheisen, director de marketing de Icelandair para EEUU y Canadá, declara que se han agotado los billetes para este verano. Muchos visitantes quieren hacer excursiones al volcán, añade. "En Reikiavik, no dan abasto con la demanda", añade Olafsson, quien explica que su empresa de turismo de aventura, Icelandic Mountain Guides, no ha tenido ninguna cancelación para el verano.

Sin embargo, reconoce que hay menos reservas nuevas. "La gente que sólo tiene una semana de vacaciones no quiere que les cancelen el vuelo", indica. "Si viajas con familia o tienes que volver al trabajo, la incertidumbre es demasiado grande".

Después de dos horas de viaje llegamos a la entrada de la granja Thorvaldseyri. Está en una zona apartada de la carretera nacional en la parte oriental de la isla. Hay una zona de aparcamiento medio derruida, donde se reúnen unas 30 personas. Algunas llevan cámaras de vídeo, otros van con prismáticos. También se ve a gente con unos pequeños envases de cristal que llenarán con ceniza volcánica, muy negra y fina.

Estamos a nueve kilómetros del lugar de la erupción y la ceniza parece como una nube, excepto que es negra y avanza rápidamente. En abril, el Eyjafjallajokull arrojó cerca de 750 toneladas de ceniza por segundo. Ahora, la cifra ha caído a unas 200 toneladas. El aire está cargado con el sonido de cristales. "Ese es el volcán", señala Olafsson.

A pesar de la fascinación de la gente en la granja, Thomas Tait, experto estadounidense en viajes, no está seguro que la erupción sea suficiente para convertir Islandia en la próxima Meca del turismo. Dice que algunos "se aventurarán a ir a Islandia para ver el volcán en persona, como fue el caso de los visitantes al Parque nacional St. Helens en Hawai.

"Pero para la mayoría de la gente, Islandia queda demasiado lejos. Y como no es una ruta muy comercial, es difícil llegar allí", añade. En 2008, como parte de la crisis financiera mundial, el Gobierno de Islandia declaró la bancarrota de todo el país. La moneda islandesa perdió un 44 por ciento de su valor. Incluso hoy en día, los suburbios de la ciudad están repletos de proyectos inmobiliarios abandonados, a medio construir. Y abundan las informaciones que afirman que los bancos están acusados de fraude.

Pero hay una parte positiva en toda la tragedia económica. Islandia se ha convertido en una buena opción para quienes quieren viajar y gastar poco. Las excursiones a las aguas medicinales del Lago Azul ahora valen la mitad. Muchos amantes de la naturaleza visitan la isla para apreciar el sol de medianoche, los geiseres y las cascadas. Los fanáticos del golf pueden jugar hasta medianoche gracias a las 20 horas de luz que tiene el país en los meses de verano.

Desde hace poco, la isla también promueve sus productos locales orgánicos. El salmón es el más fresco que jamás he probado y la mayoría de las verduras se producen en invernaderos que obtienen energía del agua caliente que emerge del fondo de la tierra. Pero todo esto se acabó bruscamente cuando el volcán hizo erupción en abril.

Ahora, Olafsson y el resto de empresas de turismo esperan que a partir de septiembre los viajes a Islandia aumenten como nunca antes. Para entonces, prevé, la fina ceniza negra dará paso a rocas de lava ardiendo, que descenderán de las montañas y crearán caminos de lava, ideales para explorar con turistas. "Una excursión a la lava sería fantástica", afirma mientras abandona la granja y pasa al lado de un equipo de la televisión británica que prepara sus cámaras.

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