La CIA espió a los senadores que se encargaban de investigar las torturas

El País publica este viernes que la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) ha admitido haber espiado a los senadores que se encargaban de investigar las prácticas y detenciones posteriores al 11-S muy cuestionadas en los últimos meses.

Este jueves el director de la CIA, John Brennan, reconocía que algunos de sus empleados se metieron de forma inadecuada en los ordenadores de los investigadores del Senado. Estos estaban elaborando un informe exhausto sobre los métodos de interrogación de la CIA y los resultados deberían publicarse en las próximas semanas.

Esto ha supuesto un gran revuelo ya que EEUU presume de la separación de poderes y la vigilancia persistente del poder ejecutivo por parte del legislativo. Cualquier tipo de espionaje de los legisladores por parte de los agente es susceptible de provocar una crisis constitucional.

Este diario recuerda que en marzo Brennan, negó rotundamente cualquier vigilancia del trabajo de los investigadores de las supuestas torturas asegurando que "cuando los hechos salgan a la luz, creo que se demostrará que se equivocan las muchas personas que ahora aseguran que hubo casos tremendos de espionaje y vigilancia y pirateo informático".

Aunque este caso de espionaje no llega ni mucho menos a los niveles de los de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ni a los de países extranjeros, es sensible por otros motivos, tal y como revela El País.

En primer lugar, es un caso susceptible porque afecta al atentado terrorista del 11-S y la tortura de los sospechosos de la tragedia. En segundo lugar, la víctima no es un enemigo o un ciudadano anónimo, sino que son los representantes del pueblo que están supervisando una investigación. Y tercero, porque las prácticas de la CIA vuelven a ser cuestionadas.

Brennan también anunció, tras admitir este espionaje, la creación de un consejo interno que revisará el caso y estará supervisado por el exsenador demócrata, Evan Bayh.