La imputación de Lagarde trae de nuevo el escándalo a la dirección del FMI

La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI),Christine Lagarde, ha afirmado que no piensa dimitir, a pesar de haber sido imputada por un presunto caso de corrupción durante su etapa de ministra de Economía de Francia, en la investigación porlas presuntas irregularidades en el pago de una indemnización millonaria al empresario Bernard Tapie. Tapie recibió 403 millones de eurosLagarde rechaza dejar la dirección del organismo alegando que la Corte de Justicia de la República, una instancia que juzga exclusivamente a los ministros o exministros por delitos cometidos durante sus mandatos, la ha imputado por "negligencia". Su defensa ha destacado que no se le ha imputado "estafa en banda organizada", como sucede con el resto de los implicados, entre ellos su jefe de gabinete de la época, Stéphane Richard, actual presidente deloperador de telecomunicaciones Orange, y el propio Tapie.

La imputación de Lagardeha agitado una vez más al FMI, un organismo que empieza a acostumbrarse a los escándalos de sus dirigentes.Si el proceso acaba con el mandato de Lagarde, sería la tercera vez que un mandatario del organismo económico se va envuelto en la polémica.

Lagarde accedió a la Dirección General del FMI después de que el entonces dirigente, Dominique Strauss-Kahn fuese imputado por un presunto caso de violación. Strauss-Kahn fue acusado por una inmigrante guineana, Nafissatou Diallo, por un supuesto intento de violación cuando ella limpiaba la suite en la que se alojaba, en el Hotel Sofitel de Nueva York.

Las pruebas genéticas confirmaron la presencia de semen en la ropa de Diallo,pero, en cambio, el juez decidió cerrar el caso cuando se conoció que la mujer había mentido sobre su pasado para justificar la solicitud de asilo. El caso pasó, no obstante, factura a la carrera del mandatario económico, que dejó su puesto y también sus aspiraciones políticas. Frustró sus aspiraciones a las primarias socialistas de 2011, y, por tanto, su carrera al Elíseo.

La polémica en el recorrido del sillón de poder del FMI salpica también a un español. Rodrigo Rato, que ejerció el cargo de director hasta 2007, alegó "responsabilidades familiares" para salir del organismo.

Años después, un informe de la Oficina de Evaluación Independiente del FMI ponía en cuestión la gestión del organismo en aquellos años previos al estallido de la crisis y su falta de previsión de lo que se avecinaba. El texto describía toda una serie de presiones políticas y métodos poco rigurosos en el funcionamiento del organismo. Rato fue después el artífice de la fusión de Bankia y Caja Madrid, entidad de la que era presidente.