La policía antidisturbios estadounidense desalojó el miércoles a los activistas anti Wall Street que ocupaban una acampada frente al Ayuntamiento de Los Ángeles, arrestando a casi 300 personas.
Durante la noche, unas 100 personas del movimiento Ocupa de Filadelfia dejaron pacíficamente su propia acampada, pero posteriormente unos 100 de ellos fueron arrestados en varias zonas de la ciudad por varios cargos, desde obstruir una autopista a asalto agravado a un agente, según las autoridades.
El campamento de Los Ángeles, que las autoridades permitieron durante semanas incluso mientras otras ciudades desalojaban protestas similares, era uno de los más grandes de la costa oeste en asociación con el movimiento que comenzó hace dos meses en el este contra la desigualdad económica y los supuestos excesos del sistema financiero estadounidense.
El alcalde Antonio Villaraigosa inicialmente dio la bienvenida a la protesta, facilitándoles incluso ponchos contra las inclemencias del tiempo, pero a medida que las autoridades municipales comenzaron a quejarse de problemas de delincuencia, salud pública y daños a la propiedad que achacaron a la acampada, decidió actuar. En un primer momento se estableció una fecha de desalojo para las 12:00 am del lunes, pero no lo aplicaron durante 48 horas esperando que los manifestantes se fueran por sí solos.
La estrategia pareció tener resultados, ya que la policía no usó gases lacrimógenos ni spray de pimienta, como sí ha ocurrido en desalojos de otras ciudades. Salvo por algunas escaramuzas con los agentes, la muchedumbre fue ruidosa pero pacífica, y casi toda la evacuación terminó en cuatro horas.
En Filadelfia los manifestantes dejaron su acampada en la plaza exterior al ayuntamiento sin incidentes y poco antes de la 1 de la mañana hora local (06:00 GMT), pero los enfrentamientos poco después llevaron a los arrestos.
Poco después del desalojo en Los Ángeles, Villaraigosa publicó un comunicado en el que dijo que la ciudad adoptaba un "enfoque medido para aplicar el cierre del parque".
El campamento había comenzado el 1 de octubre y en unas semanas había crecido hasta las 500 tiendas y entre 700 y 800 residentes a tiempo completo. El número disminuyó notablemente después del anuncio del alcalde de la semana pasada de que quería que fuera abandonado el lunes.
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