Las bombas de drenaje de agua fallan horas después del rescate en Tailandia

  • Un centenar de operadores y buzos se encontraban en el interior de la cueva cuando han fallado las bombas que mantenían bajo el nivel del agua. 
El rescate de los ocho niños en Tailandia será "lo antes posible"
El rescate de los ocho niños en Tailandia será "lo antes posible"
Europa Press

La operación de rescate que ha logrado sacar con vida a los doce niños y su entrenador de una cueva en Tailandia podría haber tenido un final trágico, ya que pocas horas después de haber evacuado con éxito al último chico las bombas de agua que drenaban la entrada de la cueva han fallado, según han informado al medio británico The Guardian tres buzos de origen australiano que han participado en el rescate. 

Dentro de la cueva quedaban un centenar de trabajadores realizando labores de limpieza y lograron salir de la cueva en menos de una hora.  A falta de un informe oficial sobre la misión, el equipo de buceo y operadores de rescate se encontraban a más de un kilómetro y medio en el interior de la cueva cuando la bomba de drenaje ha dejado de funcionar provocando una rápida subida del nivel del agua. Los tres buceadores, desde otra cavidad, han contado cómo escucharon gritos y vieron a sus compañeros correr con antorchas en la mano hacia la salida mientras "el agua venía... subía notablemente"

Los familiares podrán reunirse con los niños

Mientras tanto, siete de las trece personas liberadas esperan poder reunirse hoy con sus familiares.  Con guantes, ropa especial y manteniendo una distancia de dos metros, los padres podrán acceder a la estancia donde se encuentran ingresados los niños, en el hospital provincial de Chiang Rai en el norte de Tailandia. 

Los cinco restantes, los cuatro niños y el entrenador, que fueron los últimos en salir, deben permanecer al menos un día más en cuarentena para evitar el contagio de posibles enfermedades. "Hay que mantener un protocolo de seguridad debido al débil sistema inmunológico de los menores" tras 18 días encerrados en la cueva, indicó durante una rueda de prensa uno de los médicos. Sus familiares solo pueden comunicarse y verles a través de un cristal. 

Todos se encuentran en buen estado y se recuperan con normalidad, habiendo perdido una media de dos kilos cada uno porque los nueve días que permanecieron en la cueva no tenían comida. Los cuatro niños que abandonaron la cueva en último lugar, junto al entrenador, tienen un todavía un estado físico "muy débil" y no son capaces de hablar. Tres menores registran cuadros leves de neumonía y uno es tratado por un corte en la pierna derecha, según han informado los médicos. 

Un grupo de oftalmólogos comprueban si sufren algún problema ocular después de permanecer tanto tiempo en la oscuridad. Los niños y su entrenador son alimentados a base de una dieta blanda de arroz y pollo, además de la ingesta de varios suplementos vitamínicos. No obstante, los primeros cuatro rescatados, que salieron de la cueva el domingo, podrían cenar esta noche alimentos más variados. Tendrán que esperar un semana más hasta que les den el alta. 

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