Las cinco razones que explican la caída de la dinastía Gandhi en India

    • La corrupción, el frenazo económico, un líder poco carismático y la escasa capacidad para conectar con el pueblo, explican los nefastos resultados electorales.
    • El Partido del Congreso ha gobernado en India durante 49 años de sus 67 años de independiencia.
Rahul Gandhi asume la responsabilidad en la derrota del Congreso en la India
Rahul Gandhi asume la responsabilidad en la derrota del Congreso en la India

La dinastía Gandhi se desploma. Los resultados de las elecciones maratonianas en India (se iniciaron el 6 de abril y finalizaron hoy) han constatado lo que preveían todas las encuestas, que el Partido del Congreso, de la dinastía Nehru-Gandhi, ha sufrido una derrota histórica en las urnas.

El Partido del Congreso a penas ha obtenido 45 distritos, un dato desastroso para un partido que ha gobernado India durante 49 de sus 67 años de independencia. El benefactor de esta sangría de votos ha sido el partido nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP), que ha obtenido 300 de los 543 asientos en el Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento. Se trata de la victória más aplastante de los últimos 30 años, ya que desde 1984 ningún partido ha conseguido en solitario la mayoría absoluta.¿Cuáles son las razones que explican este vuelco electoral?

1. La corrupción. Desde hace unos años se ha convertido en habitual las manifestaciones multitudinarias de miles de indios gritando proclamas contra la corrupción. En la India se pagan sobornos para abrir un negocio, para una partida de nacimiento, para un carné de conducir, para fundar una empresa. India ha dicho basta. La última clasificación de Transparencia Internacional coloca a India en el puesto 94 (entre 177) y según un estudio de la compañía IndiaForensic, la corrupción ha costado al país en los últimos diez años unos 240.000 millones de euros. Paralos más de 814 millones de electores que participaban en estas elecciones el partido gobernante y sus aliados no han hecho lo suficiente para erradicar esta lacra. Además, tampoco han ayudado nada los escándalos de corrupción que han salpicado al Congreso. Escándalos como la fracasada organización de los Juegos de la Commonwealth en 2010 y un caso de cohecho por 28.000 millones de euros en la concesión de licencias telefónicas han colmado la paciencia de los indios. Es tal la preocupación en India por la corrupción, que en las elecciones celebradas en diciembre en cuatro Estados ganó en Nueva Delhi el partido anticorrupción Aam Aadmi (hombre de a pie).

2. El frenazo en la economía. En 1960, la economía india era un 20% mayor que la china y hoy la economía china es siete veces mayor que la india. Una tendencia que de momento no tiene visos de revertir a la vista de los datos económicos del país. Los malos resultados económicos han jugado un papel vital en la presente campaña electoral. La falta de reformas y la escasa inversión exterior han provocado una alarmante contracción de la economía de India, que cerró 2013 con un aumento del PIB del 4,5%, muy lejos del 8% de hace diez años o del 7,8% de sus vecinos chinos.

3. La falta de liderazgo de Rahul Gandhi. A pesar de su juventud, 43 años, no ha logrado conectar con el electorado más joven, que ha jugado un papel clave en estas elecciones. Ha sido incapaz de librarse de esa imagen de niño de papá e inexperto. En India se le ha bautizado como el príncipe heredero ausente, ya que a penas se pronuncia en el Parlamento y en la vida pública, y tiene cierta fama de fiestero. Es tal su distanciamiento con el electorado más joven, que no tiene ni cuenta de Twitter, una plataforma vital en las elecciones, teniendo en cuenta los 16 millones de usuarios que hay en el sur de Asia.

Meteduras de pata como decir que "la pobreza es un problema de actitud mental", en un país donde viven más de 400 millones de pobres, y el peso de su apellido, que en estas elecciones ha restado más que sumado, han abocado a Rahul Gandhi a una bochornosa derrota electoral.

4. Narendra Modi, un líder para la esperanza. El líder del BJP cuenta con el aval que todo político querría tener: cumple lo que promete. Este hijo de un vendedor de té es desde 2001 el jefe de Gobierno del Estado de Gujarat, que se ha convertido en el referente económico del país. Gracias a su buena gestión económica este estado al oeste del país con más de 60 millones de habitantes lleva una racha de crecimiento económico del 10% anual, ha atraído inversiones extranjeras con impuesto bajos y se ha convertido en el estado más industrializado del país, acaparando una cuarta parte de las exportaciones indias. Entre sus logros también está haber conseguido suministrar electricidad constante a los más de 60 millones de habitantes de Gujarat, que aunque parezca mentira, teniendo en cuenta que India es una gran potencia nuclear, los cortes de luz siguen siendo un problema en el país. Es decir, Gujarat sería el paradigma de lo que aspira a ser India para colocarse al frente de la economía mundial.

Además, otro factor importante ha sido su carácter. Con 64 años, al líder del gran partido de la oposición se le conoce por su mano dura y su gran capacidad para tomar decisiones. Todo lo contrario que Rahul Gandhi. A esto se añade la potente campaña de comunicación e imagen que ha rodeado a Modi. Tiene hasta una cuenta de Twitter con más de tres millones de seguidores.

Si hay que destacar una mácula en su currículum político sería su pasividad ante un pogromo antimusulmán que causó más de mil muertos y 200.000 musulmanes huyeron de sus casas en Gujarat en el año 2002.

5. Los jóvenes, clave en los comicios. Los jóvenes han sido clave en este cambio de rumbo político. La mitad de la población tiene menos de 25 años y en estas elecciones participaban más de 100 millones de nuevos electores. Se trata de un grupo de población más formado, más exigente, que han crecido con la televisión y las nuevas tecnologías. No conocen otro partido en el Gobierno que no sea el Partido del Congreso y exigían un cambio. Por ello un líder como Modi, supone savia nueva y esperanza, gracias a su discurso anticorrupción.

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