Las monarquías árabes tampoco se libran de la sed de cambio

  • El rey Mohamed VI de Marruecos se enfrenta hoy a una gran protesta después de que su homólogo en Bahréin se viera sorprendido esta semana por las revueltas. Además, el monarca jordano prometió cambios hace unas semanas antes de que las manifestaciones cobraran más fuerza en su territorio. A las monarquías del mundo árabe también les ha llegado el momento de la revolución social.

In The Shadow Of North African Rebellions, Poverty And Unemployment
In The Shadow Of North African Rebellions, Poverty And Unemployment

El Movimiento 20 de Febrero de los jóvenes marroquíes que han convocado las protestas de hoy en varias ciudades del país piden una "constitución democrática" y la disolución del Gobierno y el Parlamento.

Al llamado "Día de la Dignidad" se han sumado grupos como el ilegalizado movimiento islamista Al Adl wal Ihsan (Justicia y Caridad), partidos de izquierda o asociaciones de derechos humanos.

Hasta los analistas más avezados descartaban hasta hace poco que las monarquías del Norte de África y Oriente Medio pudieran sufrir el efecto contagio de Túnez y Egipto. Había dos argumentos de peso para pensar así: los reinados llevan aún más tiempo asentados incluso que la dictadura más larga de la zona (la de cuatro décadas de Gadafi en Libia) y en lasmonarquías petroleras se trata de países más prósperos económicamente (no así en Marruecos o Jordania).

"El sistema en Marruecos dista de lo que era antes de la llegada de Mohamed VI al poder [en 1999]: hay más margen de libertades y la situación económica no es tan mala como en Egipto. Las monarquías del Golfo [Pérsico], como Arabia Saudí tienen una estructura particular, con la situación económica muy resuelta y los que tienen problemas son los inmigrantes de países como Egipto", explicaba al inicio del efecto dominó Túnez-Egipto Waleed Saleh, profesor de lengua y literatura árabe en la Universidad Autónoma de Madrid, a lainformacion.com.

Ningún régimen está a salvo

Ahora reconoce que "el peligro está en todos", aunque insiste en que "el cambio no va a ser tan fácil en comparación con otros países con una situación más frágil: tienen mucho más riesgo Yemen, Libia y Argelia".

El rey Abdalá de Jordania prometió un aumento en los salarios de los funcionarios, un descenso en los precios de productos básicos y renovó su gobierno ya antes de que Hosni Mubarak cayera. Lo hizo para tratar de acallar unas protestas que aún continúan a día de hoy. "Los cambios no va a ser comparables a Túnez o Egipto", subraya Saleh. Que los monarcas resulten derrocados es alto improbable (aunque no imposible). Los cambios en los reinos árabes -de producirse- se harán en calidad de reformas políticas y derechos civiles sin llegar al fin de la monarquía, predice el profesor.

Las peticiones de los pueblos en los distintos países tienen un denominador común: democratización del sistema y una economía más justa para el común de los mortales. Pero por supuesto cada reino tiene sus matices.

Igualdad de derechos

Mientras en Bahréin quieren que el rey Hamad se vaya o que al menos forme una monarquía constitucional, en Marruecos la mayoría no exige que el rey Mohamed VI abandone por completo sus funciones. Lo que quieren es menos corrupción, más derechos y justicia social.

Marruecos ha congelado los precios de productos básicos como el pan, una de las principales preocupaciones y mechas que ha hecho saltar la llama de las protestas entre los ciudadanos del Norte de África y parte de Oriente Medio. Pero hoy miles de internautas y voces de la oposición se suman en la primera manifestación multitudinaria convocada en varias ciudades del país alauí.

En Bahréin, la mayoría chií lleva años reclamando igualdad a la hora de acceder a las altas esferas de la política o de las empresas (su rey pertenece a la minoría suní). Aunque los manifestantes han lanzado eslóganes que lo niegan, son muchos los que opinan y temen -EEUU el primero- que detrás de las protestas de este pequeño reino-archipiélago del Golfo Pérsico esté la mano del vecino Irán chií y nuclear de Mahmud Ahmadineyad.

Lo cierto es que la mayoría chií es la menos favorecida económica y socialmente en un país con una de las rentas per cápita más altas de la zona: 40.000 dólares. Se trata del mejor PIB per cápita del mundo árabe junto a los Emiratos Árabes Unidos, con 40.200 dólares.

Eso no ha impedido que los bahreiníes se enfrentaran al Ejército, que ha reprimido las protestas."Irán está revolviendo el sectarismo suníes y chiíes", asegura Waleh.

En Arabia Saudí -donde de momento no ha habido protestas- los ingresos en los hogares se reducen a la mitad que en Bahréin, mientras que en Marruecos y Jordania solo alcanzan el diez por ciento del pequeño estado petrolero.

Con el desalojo del campamento saharaui en la memoria

"Marruecos conoce una media de 24 protestas y reivindicaciones diarias, cosa que nos permite rivalizar con las mayores democracias y estar perfectamente en calma y serenos en el tratamiento de este tipo de manifestaciones", afirmaba esta semana portavoz del ejecutivo, Jalid Naciri.

El Gobierno ha prometido escuchar las protestas de hoy y no recurrir a la violencia. Especialmente atentos a ello estarán probablemente los miembros de la Asociación por los Derechos Saharauis que se ha unido a la convocatoria, pues aún está muy reciente el violento desalojo del campamento saharaui de Gdeim Izik el pasado noviembre en El Aaiún.

"Todos [los países del mundo árabe] saben perfectamente que de ninguna manera pueden mantener la situación actual. Deben o abandonar el gobierno o hacer grandes reformas", concluye Waleed Saleh.

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