Liberia teme contagiarse del conflicto en Costa de Marfil

  • Los enfrentamientos en Costa de Marfil ya han dejado más de 400 muertos y 90.000 desplazados. La vecina Liberia ve como cada día entran en cientos de marfileños, pero su temor es que los choques entre militares desestabilicen su reciente paz. Así es la situación en la frontera libero-marfileña.
Los enfrentamientos en Costa de Marfil ya han dejado más de 400 muertos y 90.000 desplazados.
Los enfrentamientos en Costa de Marfil ya han dejado más de 400 muertos y 90.000 desplazados.
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Emily Schmall and Mae Azango, Toe Town (Liberia) | GlobalPost

A medida que se intensifican los enfrentamientos armados entre fuerzas rivales en Costa de Marfil, multitud de personas huyen del país en busca de una relativa seguridad en la vecina Liberia. En torno a 90.000 marfileños ya han cruzado a Liberia, según datos de la ONU, cuyos expertos creen que el número podrá alcanzar los 500.000 refugiados si en Costa de Marfil se desata abiertamente la guerra civil.

Miembros de las Fuerzas Nuevas de Costa de Marfil (FAFN), leales al presidente electo Alassane Ouattara, han bloqueado un puente que conecta el país con Liberia, obligando con ello a la multitud de refugiados a huir atravesando el río a pie o a través de los matorrales.

"¿Por qué tiene que haber refugiados? Estamos protegiendo a la gente. Estamos luchando por la libertad de Costa de Marfil", asegura el comandante Angelou, un hombre menudo con una boina roja y ropa de camuflaje que patrulla junto a otros 10 rebeldes armados con AK-47. "El problema no es entre los civiles y el ejército, no: es entre ejército y ejército".

Angelou y sus hombres se trasladaron hasta la ciudad liberiana de Toe Town la semana pasada para transmitir un mensaje: quienquiera que cruce la frontera de nuevo y entre en territorio de Costa de Marfil en manos de la milicia rebelde será ejecutado. El FAFN tomó la semana pasada el control de la ciudad marfileña de Toulepleu, a 11 kilómetros de la frontera, y están haciéndose con otras poblaciones cercanas a Liberia a medida que avanzan hacia el sur.

De momento, ningún refugiado de Costa de Marfil ha querido poner a prueba la amenaza del comandante.

"Cuando se trata con un militar que es estricto y tiene un protocolo, la situación es diferente a cuando se trata con hombres que tienen kalashnikov pero andan sin zapatos", explica Tom Mtasi, jefe de la oficina de la ONU en la zona.

El conflicto en torno a las disputadas elecciones presidenciales del pasado noviembre en Costa de Marfil amenaza con reiniciar la guerra civil en el país africano, lo que produciría un desplazamiento masivo de refugiados a la vecina Liberia.

Los combates se han generalizado a lo largo de Costa de Marfil entre los miembros del ejército leales al presidente Laurent Gbagbo, que se presentaba a la reelección, y las Fuerzas Nuevas, una antigua milicia que apoya al ganador de los comicios, Alassane Ouattara, ex empleado del Fondo Monetario Internacional y cuya victoria ha reconocido la comunidad internacional.

El actual estancamiento político comenzó cuando la ONU, la Unión Africana y la comisión electoral marfileña reconocieron oficialmente a Ouattara como ganador de las elecciones del 28 de noviembre. Gbagbo se negó entonces a traspasar el poder, y utiliza desde entonces a fuerzas del ejército para mantener bloqueados a Ouattara y su gabinete ministerial dentro de un hotel en Abiyán, la principal ciudad de Costa de Marfil.

Más de 400 personas han muerto debido a los disturbios post-electorales. Otras 500.000 han huido de sus casas y están desplazadas dentro de su propio país, según datos de la ONU.

"No logramos atisbar que se vaya a lograr un acuerdo negociado", reconoce Gilles Yabi, director de proyectos para África Occidental del International Crisis Group, por lo que "resultará difícil que Liberia no acabe sufriendo política y económicamente" por el conflicto vecino.

Muchos temen que la violencia al otro lado de la frontera termine por desestabilizar a Liberia, que todavía se está recuperando de una larga guerra civil que terminó en 2003. De hecho, los pueblos fronterizos de Liberia ya están teniendo dificultades para dar acogida a los refugiados que han llegado hasta ahora. La semana pasada la caída de Toulepleu provocó que 2.000 marfileños cruzasen la frontera en tan sólo un día.

En respuesta a la presencia de las Fuerzas Nuevas cerca de su frontera, el gobierno de Liberia envío Toe Town a 20 miembros de su Unidad de Respuesta a Emergencias, la única policía armada que tiene el país debido a la masiva campaña de desarme realizada tras la guerra.

Algunos reconocen que las fuerzas de seguridad de Liberia están seriamente desarmadas. "Sabemos que en caso de cualquier actividad fronteriza nuestras fuerzas de seguridad no serán capaces de repeler la violencia", admite Kamara Mohamed Marandos, jefe de la Organización Internacional para las Migraciones en Liberia.

Según la ONG Innovations for Poverty Action, que trabaja con ex combatientes, se sabe que en Costa de Marfil están reclutando a liberianos para que luchen en su guerra. Algunos observadores dicen que también están participando en los combates miembros del Movimiento para la Democracia, un grupo de unos 2.000 milicianos liberianos, muy activo en la guerra civil de su país y que lleva años operando desde territorio marfileño.

Después de tres días de combates en su zona, Dennis Kula, de 44 años, y su familia decidieron huir a Liberia, caminando durante dos días entre matorrales y vadeando el río Cavalla. Su hijo de siete años, Nyoneo, se perdió durante la travesía, pero Kula dice que no volverá a su pueblo hasta que terminen los enfrentamientos.

"Rezaré, pero no puedo regresar. Tengo demasiado miedo", admite.

Samuel Doh, de 19 años, del pequeño pueblo de Gueya, cerca de Toulepleu, intentaba huir de los combates cuando recibió un disparo en un pie. Dice que no sabe si le dispararon miembros del Ejército de Liberia o de las Fuerzas Nuevas.

En África Occidental la paz es frágil. Liberia, Guinea, Costa de Marfil y Sierra Leona han sufrido guerras civiles en la última década, y en todos los casos los combates se extendieron más allá de sus fronteras. Charles Taylor, el señor de la guerra convertido en presidente de Liberia, está siendo juzgado actualmente en La Haya por comprar armas con diamantes en la guerra civil de Sierra Leona. Taylor utilizó Costa de Marfil como base para lanzar su campaña militar en Liberia en 1991.

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