Según ha explicado Greenpeace España en un comunicado, la visita ha tenido lugar bajo altas medidas de seguridad, con la presencia de un policía y una traductora y también ha contado con la presencia del cónsul español en Copenhague.
En el encuentro sólo han podido hablar de temas personales, ya que los relacionados con el caso (incluso referencias a la cobertura mediática del caso en España) estaban vetados. López de Uralde se encuentra más delgado de lo habitual, aunque está tranquilo. También ha relatado a sus familiares las "condiciones duras y desproporcionadas" a las que les han sometido desde su llegada a la prisión de Vestre Faengsel tras colarse en la cena de jefes de Estado de la pasada Cumbre del Clima de Copenhague.
Según ha relatado López de Uralde a sus familiares, les encarcelaron junto a otros 60 detenidos durante 24 horas en una estancia "con tan sólo unas colchonetas en el suelo y una cámara de seguridad en el techo".
Tanto él, como los otros tres activistas retenidos han permanecido en un régimen especial de aislamiento, sin acceso a mensajes ni contacto con el exterior. De los de mensajes de apoyo enviados desde todo el mundo, sólo les han llegado unas decenas del día 21 de diciembre.
Desde ayer, los activistas han sido mezclados con presos comunes, como ladrones o traficantes de droga. El Ministerio de Asuntos Exteriores español, a través de la Embajada, ha pedido su inmediata separación de estos presos.
El director de campañas de Greenpeace en España, Mario Rodríguez, se ha mostrado indignado: "Sorprendentemente nuestros compañeros están siendo tratados como presos comunes. Nos parecen desproporcionadas las medidas que se están llevando a cabo con ellos y creemos que son un castigo a la sociedad civil que lucha por un mundo mejor".
Con respecto a la actuación del gobierno español, Rodríguez únicamente ha declarado que les "consta que el Gobierno está actuando, pero les pedimos una mayor intensidad (...) para que sean liberados inmediatamente".
Pero todo parece indicar que López de Uralde tendrá que pasar también las fiestas de Reyes en la cárcel, pues no será hasta el próximo 7 de enero cuando la justicia danesa se tenga que pronunciar y decidir si la policía debe continuar investigando y, en ese caso, determinar si concede la libertad provisional a los retenidos de Greenpeace.
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