El alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland, tristemente célebre por la tragedia de la Love Parade en la que perdieron la vida 21 personas y resultaron heridas alrededor de 500, tendrá que dejar su cargo después de que saliese triunfante un referendo que pedía su dimisión.
En un referéndum celebrado este domingo en Duisburgo, unas 129.000 personas han votado en contra de que permanezca en el cargo hasta 2015, cuando finaliza oficialmente su mandato, superando así los 91.250 votos necesarios para expulsarle, frente a las 21.500 personas que le han expresado su respaldo en las urnas.
Las elecciones se han celebrado a petición de la oposición, formada por el Partido Social Demócrata, el Partido de Izquierda y el Partido Verde, que acusan a Sauerland de cometer graves errores en la organización del festival Love Parade 2010. Ahora su intención es buscar un candidato de consenso y de amplio respaldo popular para suceder al alcalde.
Por su parte, Sauerland, de la Unión Demócrata Cristiana de la canciller, Angela Merkel, ha rechazado reiteradamente estas acusaciones y se ha negado a dimitir, a pesar de las peticiones de algunos de sus compañeros de partido.
Tras comentar que "no lo esperaba", el propio Sauerland se mostró anoche sorprendido por el resultado de la votación, aseguró haber sido alcalde "con pasión", pero continuó sin admitir responsabilidad alguna por la catástrofe de julio de 2010 en la que perecieron también dos jóvenes españolas.
Investigación sin resultados año y medio después
El alcalde saliente, que solo obtuvo unos 20.000 votos favorables, había calificado la iniciativa para el referendo de "campaña" y "ajuste de cuentas" político que nada tenía que ver con la catástrofe de la Loveparade.
La Fiscalía local tiene abierto sumario contra 16 personas relacionadas con la tragedia del festival tecno, entre los que se encuentran once funcionarios del gobierno local, cuatro empleados de la organización del espectáculo y un policía.
La Fiscalía investiga por qué un evento organizado para 250.000 personas acabó con casi un millón de asistentes que al huir en estampida provocaron la muerte de 21 personas, entre ellas ocho ciudadanos extranjeros.
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