Los corruptos, enemigos número uno en la India

  • El activista Anna Hazare ha acabado en el hospital por su huelga de hambre en favor de una ley anticorrupción imparcial. El debate en el Parlamento promete ser largo, pero el proyecto de ley está sobre la mesa.
Hazare abandona antes de tiempo su ayuno contra la corrupción
Hazare abandona antes de tiempo su ayuno contra la corrupción
Jason Overdorf, Nueva Delhi (India) | GlobalPost
Jason Overdorf, Nueva Delhi (India) | GlobalPost

El Gobierno indio presentó recientemente una propuesta de ley anticorrupción, dejando ver de paso hasta donde llega el límite de las protestas políticas que se han levantado últimamente en las calles indias.

Pero su intento se ha visto frustrado hasta nueva orden después de que el proyecto presentado careciese de los apoyos suficientes necesarios en la cámara alta.

En un debate que culminó entre escenas de desorden y un más que enconado diálogo entre fuerzas gubernamentales y de oposición sobre la forma de luchar contra la corrupción, el proyecto fue devuelto a la cámara baja, que deberá revisarlo en la próxima sesión -en febrero de 2012- y presentar una nueva versión.

Los manifestantes pueden exigir que se apruebe una ley y decir que no votarán a los políticos que se opongan a ella... pero todavía no pueden redactar las leyes ellos mismos.

La llamada ley Lokpal y Lokayuktas contempla la creación de la figura de un poderoso defensor del pueblo que podrá investigar y perseguir a los empleados públicos corruptos, tal  como ha estado exigiendo el activista Anna Hazare desde que inició una serie de huelgas de hambre en verano que le han llevado hasta el hospital.

Hazare, de 74 años de edad, ingresó el sábado por la noche en el Hospital Sancheti de la ciudad de Pune, debido a una bronquitis y le han recomendado "reposo absoluto", al tiempo que le han disuadido de iniciar una huelga de hambre en un mes, ya que podría poner en riesgo su vida. Tendrá que estar al menos una semana hospitalizado, han comunicado hoy.

Para él y para su equipo se trata de una versión descafeinada de una auténtica ley anticorrupción.

El proyecto que ha presentado el Gobierno no permite que el defensor del pueblo inicie investigaciones por iniciativa propia, sin que haya una denuncia.

Tampoco pone a los funcionarios de menor escala bajo su supervisión directa, y no otorga a su equipo control sobre la Oficina Central de Investigación (la principal agencia encargada de la aplicación de la ley en el país) ni le permite crear su propia rama investigadora.

Es más, la ley otorgaría al Gobierno un control significativo sobre la selección de los miembros de la oficina del defensor del pueblo.

Todos estos detalles (que el equipo de Hazare ha calificado de "no negociables") hicieron que que el activista iniciase la huelga de hambre interrumpida por el deterioro de su salud.

Pero pese a ello, la última voluntad del equipo de Hazare es no rendirse y repetir el estado de agitación popular que se vivió en agosto y que logró sacar a los políticos indios de su autocomplacencia.

En esas fechas, decenas de miles de manifestantes (disgustados por los escándalos de corrupción vinculados a los Juegos de la Commonwealth y al reparto de las licencias de telecomunicación 2G) se lanzaron a las calles para apoyar la huelga de Hazare.

Pero algunos expertos sostienen que la ley anticorrupción podrá tener efectos saludables.

"Tenemos que ver cómo sale", dice M.R. Madhavan, investigador de PRS Legislative Research. "Mucho de ello depende de las personas implicadas durante los primeros años. Muchas instituciones al fin y al cabo cobran forma gracias a las personas que las gestionan".


"La Comisión Electoral era en gran medida un cuerpo somnoliento que básicamente se dedicaba a revisar las peticiones de elecciones", dice Sumit Ganguly, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Indiana.  "Pero bajo la dirección de un hombre llamado T. N. Seshan a finales de la década de 1980 y principios de 1990 se convirtió en un cuerpo mucho mejor, un cuerpo que decidió asumir los poderes que le correspondían e implementarlos genuinamente para hacer que las elecciones sean justas, abiertas, honestas y transparentes".

Con la ley Lokpal, se podría lograr una transformación similar.

"Creo realmente que si tiene un grupo de personas que se toman en serio la misión... Lokpal podría convertirse en una institución similar", afirma Ganguly, que pone también como ejemplo los casos de la Junta de Bolsa y Valores y el Banco de la Reserva de la India. "Hay instituciones en la India que sí funcionan, y que desempeñan sus tareas tal y como se espera", apunta.

Aún así, se apruebe o no finalmente la ley, el hecho de que el Gobierno la haya llegado a proponer le ha restado fuerza al movimiento de Hazare.

Es fácil movilizar a la gente que está enfadada porque no se hace nada para frenar la corrupción enquistada. Pero es muy difícil movilizar a la gente por diferencias de opinión sobre la letra pequeña de una ley.

Quizás es por eso que, según algunos cálculos, tan sólo 4.000 personas acudieron a la manifestación en apoyo a la huelga de hambre del pasado martes en Bombay, frente a las 30.000 y 40.000 personas diarias que participaron en Delhi en verano.

Pero la confusión y el cansancio de los manifestantes no son los únicos problemas del equipo de Hazare.

Al principio de su movimiento anti corrupción Hazare logró movilizar a la gente contra la masa amorfa de políticos sucios que, según él, se oponían a la ley Lokpal. Ahora su equipo está intentando canalizar ese enfado contra el Gobierno y, en especial contra el Partido del Congreso, anunciando que Hazare hará campaña contra ellos durante las elecciones estatales en Uttar Pradesh de febrero.

 

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