Los extremistas cortan manos, cabezas y juegan con los cuerpos de los kurdos sirios

El conflicto sirio muestra distintas caras dependiendo de donde fijes la mirada. Todas atroces, inhumanas y crueles. En Homs, el hambre de los rebeldes dio la victoria al gobierno de Al Assad, en la frontera turco-siria un atentado dejó 43 muertos y en la región siria de Kobani, donde los kurdos anunciaron las creación de un gobierno provisiona, los extremistas "cortan manos, cortan cabezas y juegan con los cuerpos!"

Jonathan Spyer, del diario canadiense The National Post, asegura que otra guerra, que enfrenta al grupo yihadista el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) y los kurdos se libra en el país. "Viven drogados, son monstruos. Cortan manos, cortan cabezas y juegan con los cuerpos". Así describen, el comportamiento de los extremistas las fuerzas que les combaten.

En esta región del norte del país viven alrededor de 80.000 personas bajo la administración turca del El Partido de la Unión Democrática (PYD) y el Partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK). Situada en la frontera turca, se ha convertido en una región de interés para los islamistas que quieren construir un estado islámico en el norte de Siria. Desde hace tiempo, los rebeldes están utilizando la misma táctica inhumana que Assad usó en Homs y le valió la victoria: el asedio.

Entrar en la región es muy difícil porque de las tres de las cuatro entradas a la ciudad están controladas por los yihadistas. Un vez, en su interior las condiciones de vida son inhumanas porque no llegan alimentos, ni medicinas y los rebelde cortaron la electricidad por lo que se usan generadores en la ciudad.

Latas de conserva, tomates y vegetales es lo único que comen en Kobani. ún Spyer, el sistema educativo en el enclave sigue funcionando y la Policía continúa patrullando las calles. El sector que sufre más es el de la medicina: el bloqueo provoca un déficit drástico de fármacos y equipamiento médico. Dada esta situación de asedio en la ciudad en la que además fuego de morteros hace dificilísimo el acceso, los contrabandistas ven en la región un paraíso para sus productos.