Los partidos belgas, pequeños reinos hereditarios

  • Bruselas.- Las elecciones que mañana celebra Bélgica, marcadas de nuevo por las disputas entre las comunidades flamenca y francófona, están mostrando de nuevo una cara de la política nacional poco conocida en el exterior: el carácter casi hereditario de los partidos políticos.

Bruselas.- Las elecciones que mañana celebra Bélgica, marcadas de nuevo por las disputas entre las comunidades flamenca y francófona, están mostrando de nuevo una cara de la política nacional poco conocida en el exterior: el carácter casi hereditario de los partidos políticos.

Se trata de un fenómeno único en Europa Occidental y además es común -por encima de las diferencias en otras cuestiones- a las formaciones de ambos lados de la frontera lingüística que separa al país.

Por ejemplo, estos comicios llegan después de que la coalición fue rota por una decisión del líder del partido liberal flamenco -Open VLD-, Alexander De Croo, quien llegó al frente de la formación en diciembre de 2009, con sólo 27 años y sin apenas experiencia política.

Sin embargo, su padre, Herman De Croo, es un líder histórico de la formación y es el legislador en activo más veterano del país (42 años ininterrumpidos), ha sido ministro en cuatro ocasiones y presidente de la Cámara de Diputados.

También en el Open VLD, el senador más joven elegido en las últimas elecciones, en 2007 (con sólo 23 años) fue Jean-Jacques De Gucht, hijo del entonces ministro de Exteriores y actual comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht.

Entre los liberales francófonos (MR), su número dos es Charles Michel, secretario de Estado de Cooperación, e hijo de Louis Michel, actual eurodiputado y ex ministro de Exteriores y ex comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria.

Los democristianos francófonos tienen a Melchior Whattelet, hijo del ex viceprimer ministro y presidente regional valón del mismo nombre, quien llegó a ser diputado en 2003 con 25 años y jefe del grupo parlamentario de su partido con 27.

En la familia socialista francófona, Frederic Daerden es uno de los "jefes" del PS francófono en su feudo de la región de Lieja. Es alcalde de la ciudad de Herstal y diputado europeo. Una posición que ha "heredado" de su padre Michel, ministro saliente de Pensiones y miembro del Gobierno en otras dos ocasiones, entre otros muchos cargos locales, regionales y federales.

Y entre los socialistas flamencos está la familia Tobback. El padre, Louis, es el barón del partido y alcalde en la ciudad universitaria de Lovaina y ha sido dos veces ministro del Interior y en una viceprimer ministro.

Su hijo Bruno llegó al puesto de ministro de Pensiones en 2004 (a los 35 años) y desde 2007 es diputado.

En el mismo partido destaca también Freya Van Den Bossche, cuyo padre Luc fue ministro. Ella llegó a ocupar la cartera federal de Presupuesto en 2005 (con solo 30 años), y desde 2009 es ministra regional flamenca de Vivienda y Energía.

¿Cuál es el origen de esta endogamia? Para Benoit Rihoux, un profesor de Ciencia Política en la Universidad Católica de Lovaina y experto en política nacional, una buena parte se debe a que los partidos son pequeños (hay uno de cada ideología en ambas partes del país) y su núcleo interno es cerrado.

"La mayoría de partidos tiene formalmente una estructura muy centralizada, Los líderes controlan todo", explica en declaraciones a Efe.

Además, en Bélgica se permite la acumulación de cargos (hay muchos ejemplos de personas que son a la vez alcalde o concejal, diputado o senador, ministro e incluso directivo de una empresa comarcal o regional de servicios).

En esas circunstancias, los dirigentes políticos usan estos cargos para ejercer su control sobre las administraciones y territorios.

Rihoux añade que los partidos belgas "se caracteriza por una renovación débil de la dirección. Los líderes son estables, se hacen carreras políticas durante toda una vida, al nivel local, regional y federal".

El hecho de que los hijos "hereden" el poder de sus padres "muestra la fuerza de la élite que controla el partido, ya que también controla su renovación", a la vez que una estructura más débil a nivel de las agrupaciones locales o provinciales, concluye.

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