Los presos de Guantánamo, un paso más cerca de poder recibir visitas de sus familiares

  • El Pentágono está considerando la posibilidad de permitir que los acusados de ser miembros de Al Qaeda y otros presos retenidos en Guantánamo reciban visitas de sus familiares a partir de 2012, según 'The Washington Post'. Esto supondría una flexibilización sin precedentes de su aislamiento, pues hasta ahora solamente los abogados defensores han podido reunirse con los reos.
Documentos filtrados de Guantánamo revelan detalles de los reos
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Europa Press | lainformacion.com

La medida beneficiaría a los 172 presos que están actualmente en este penal, 48 de los cuales podrían permanecer privados de libertad de forma indefinida. Entre ellos se encuentran reos de "alto valor" del campamento número siete, como Jaled Sheik Mohamed, uno de los organizadores de los atentados del 11-S contra el World Trade Center de Nueva York.

El principal problema que plantean estas visitas es la entrada de los familiares --en su mayoría extranjeros-- en suelo estadounidense. Una posible solución que se plantea es que Cuba, como país vecino, autorice temporalmente a estas personas a entrar y salir de su territorio para que puedan acceder a la base.

De aprobarse, esta medida supondría un gran avance respecto a las adoptadas anteriormente en beneficio de la población penitenciaria de Guantánamo, gracias a la mediación del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) con el Gobierno de Estados Unidos.

Negociaciones con el Pentágono

El Pentágono y el Comité Internacional de Cruz Roja han mantenido una serie de contactos a lo largo de estos meses sobre las condiciones de los presos de Guantánamo, en el marco de la elaboración de la legislación para autorizar las actividades del Departamento de Estado de cara al próximo año, según la información desvelada hoy por The Washington Post.

Simon Schorno, portavoz del CICR, ha revelado que la organización está trabajando para que se produzcan estas visitas, "particularmente en el caso de los presos más antiguos", que llegan a sumar hasta diez años de privación de libertad.

Por su parte, el Pentágono ha confirmado estas conversaciones, aunque ha matizado en un comunicado que se enmarcan "en la constante revisión de las políticas de detención" que lleva a cabo.

Entretanto, continúa la oposición en el Congreso. En una temprana redacción de dicha legislación, se recoge que no se puede utilizar la asignación presupuestaria para "permitir que cualquier familiar entre en Guantánamo". En esta línea, el presidente del Comité de Defensa de la Cámara de Representantes, el republicano Howard P. McKeon, ha apuntado que su presencia podría generar "preocupaciones de seguridad".

Barack Obama había prometido durante su primera campaña presidencial que cerraría la prisión de Guantánamo, donde permanecen retenidos 172 presos, en su mayoría acusados de pertenecer a Al Qaeda. Organizaciones como Amnistía Internacional o los papeles desvelados recientemente por WikiLeaks han denunciado la desprotección, torturas y falta de un juicio justo para estos presos.

Sin embargo, el presidente de EEUU echó marcha atrás recientemente aduciendo las dificultades de cerrar el penal.

Avances anteriores para Guantánamo

En 2002, el Comité Internacional de Cruz Roja consiguió que se permitiera a los reos mandar cartas a sus familiares, aunque los funcionarios del penal supervisan el contenido. Desde entonces, se han registrado más de 50.000 envíos postales.

En 2008 presionó para que ciertos presos pudieran llamar por teléfono a sus parientes una vez al año. Posteriormente, la medida se ha ampliado a la mayoría de los reclusos, con una frecuencia mayor de llamadas. En total se han realizado unas 700.

En 2009, las autoridades penitenciarias accedieron a permitir que los presos se comunicaran por videoconferencia con sus familiares más cercanos. Estos contactos se han llevado a cabo a través de una veintena de países.

Hasta el momento solamente los abogados defensores han podido reunirse con los reos, aunque periodistas, activistas pro Derechos Humanos e incluso algunas víctimas de los atentados del 11-S han entrado en la base militar para seguir los procesos judiciales.

No obstante, esta iniciativa cuenta con un precedente en prisiones estadounidenses de máxima seguridad. La Casa Blanca ya autorizó las visitas de los familiares de los reclusos de la cárcel de Bagram, el mayor centro de detención estadounidense en Afganistán.

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