Los tártaros huyen de Crimea hacia Lviv, en el oeste ucraniano

    • "Mientras los soldados rusos estén en Crimea, tendré miedo por mis hijos", explicó un madre, antes de agregar: "aquí me siento segura".
    • Junto a los tártaros las familias de los soldados ucranianos de Crimea llegan también a Lviv.

Protegida por un largo abrigo negro y un pañolón que cubre la cabeza, una madre baja del tren con sus tres niños en la estación de Lviv. Forman parte de los centenares de tártaros ucranianos que huyeron de la Crimea controlada por las fuerzas rusas y hallaron refugio en ese bastión nacionalista del oeste ucraniano.

"Mientras los soldados rusos estén en Crimea, tendré miedo por mis hijos", de dos a cinco años de edad, explicó esta madre, antes de agregar: "aquí me siento segura".

Crimea, región rusohablante autónoma del Sur de Ucrania, está ahora bajo control de facto del ejército ruso, y su Parlamento local anunció la organización de un referéndum el 16 de marzo para la adhesión a Rusia, lo que significaría la división de Ucrania.

El avance progresivo de las fuerzas rusas desde fines de febrero hunde en la angustia a los tártaros, minoría musulmana de la península, deportada en Siberia y Asia Central bajo Stalin y que solo pudo regresar tras la caída de Unión Soviética en 1991.

En Lviv, los tártaros son recibidos por Petro Kolodiy, presidente del consejo regional, quien instaló una línea directa para las personas que deseen refugiarse ahí.

"Como todos los ucranianos, se equivocan en una situación difícil creada por el Kremlin. Lviv les tiende la mano", dijo a los recién llegados.

La población local también recibió con los brazos abiertos a unos 500 habitantes de Crimea, mientras que los propietarios de hoteles los alojan gratuitamente.

"Cuando era niño, mi abuela me contó que Lviv recibió a ucranianos del este durante la gran hambruna (en 1932-1933) y compartió con ellos las últimas migas de pan", dijo kolodiy. "Hoy tratamos de ofrecer a los que vienen de Crimea lo que podamos"
Solidaridad con los soldados

Como los Tártaros, las familias de los soldados ucranianos de Crimea llegan también a Lviv. Una bandera de la marina ucraniana, ofrecida al alcalde de Lviv por un oficial de reserva, flota ahora en la alcaldía en signo de solidaridad con los soldados ucranianos.

Desde la destitución en febrero del presidente prorruso Viktor Yanukóvich, las fuerzas rusas cercaron varias bases ucranianas en Crimea, y han ocurrido choques en varios lugares.

Rusia negó haber enviado tropas a la región, pero se declaró firmemente decidida a proteger a sus ciudadanos.

En un mensaje video, el alcalde de Lviv, Andriy Sadovy, pidió a los habitantes de Crimea no creer la propaganda rusa que pretende que Moscú defiende a su pueblo en la península, frente a presuntos extremistas del Oeste de Ucrania.

"Si ustedes esperan hombres armados provenientes del oeste, les doy la seguridad: queremos un desarrollo pacífico para toda Ucrania", aseguró, expresándose en ruso para convencer a la población de Crimea, de mayoría rusohablante.Los tártaros, anti-rusos

Ucrania tiene un este mayoritariamente prorruso y un oeste más favorable a Europa, donde se sitúan Lviv y Kiev, la capital.

Alim Aliyev, representante de los tártaros de Crimea en Lviv, es optimista respecto al futuro de la región. Los hombres tártaros envían a sus familias para dedicarse a sus deberes y defender su tierra, explicó. "Mientras los tártaros sigan en Crimea, Crimea seguirá perteneciendo a Ucrania", dijo, antes de advertir que su pueblo lanzaría una guerrilla contra el ejército ruso si no se va".

"Bailaremos el haytarma y el hopak (danzas tradicionales tártaras y ucranianas) sobre las ruinas de las ambiciones post imperialistas de Putin", advirtió.

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