Nuevo primer ministro de Somalia: "quiero que la población viva sin miedo"

  • Con disparos y sonido de artillería de fondo, el recién nombrado primer ministro somalí, Mohamed Abdillahi, explica su estrategia para hacer llegar la paz a Somalia. El llamamiento a la comunidad internacional para que le ayuden en su lucha contra Al Shabaab (vinculado a Al Qaeda) es una de las claves con las que espera dejar de ser un político desconocido. Mohamed quiere convertirse en el dirigente que puso freno a la violencia en el país africano.
Nuevo primer ministro de Somalia: "quiero que la población viva sin miedo"
Nuevo primer ministro de Somalia: "quiero que la población viva sin miedo"
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Tristan McConnell | GlobalPost

(Mogadiscio, Somalia). En una entrevista celebrada en su residencia oficial en Mogadiscio, el recién nombrado primer ministro de Somalia ha pedido a EEUU y a la comunidad internacional a que "asuman el desafío" y apoyen a su gobierno en sus esfuerzos por combatir a los insurgentes islamistas de Al Shabaab, que suponen una amenaza para toda la región.

El nombramiento de Mohamed Abdillahi Mohamed, un recién llegado a la política de 48 años y con pasaporte estadounidense, fue anunciado el pasado jueves por la tarde en una corta conferencia de prensa convocada por el presidente Sheikh Sharif Ahmed en Villa Somalia, cuartel general del gobierno somalí y que está custodiado por algunos de los 7.000 soldados desplegados en el país por la Unión Africana para defender al gobierno.

Este es el más reciente intento para lograr la estabilidad en el estado más fallido del planeta, en donde el gobierno federal de transición respaldado por EEUU y la ONU está luchando contra Al Shabaab, un grupo rebelde somalí con vínculos a Al Qaeda.

"La seguridad es la prioridad número uno", asegura Mohamed a GlobalPost mientras numerosos altos cargos esperan en su casa a tener una audiencia con él al día siguiente de su nombramiento.

"Para que el gobierno funcione no puede haber violencia, hay que tener un espacio en el que la comunidad y la población puedan vivir sin miedo", asegura. En el exterior, sonidos esporádicos de disparos y de artillería rompen el silencio de la calurosa tarde, un recuerdo de la poca paz que Somalia ha disfrutado en las últimas dos décadas.

"No es una tarea fácil, no es algo que podamos lograr de la noche a la mañana", reconoce. "Pero la paz lo es todo. Coexistir sin violencia es el objetivo, y no transigiremos en ello".

Por ello el nuevo primer ministro hace un llamamiento a la comunidad internacional para que respalde a su gobierno. "Ahora es el momento de ayudar al gobierno de Somalia. No es una opción, es una necesidad. Estamos enfrentándonos a Al Shabaab, que son extremistas y están deseando llevar la guerra a cualquier parte del mundo".

Mohamed sustituye a Omar Abdirashid Ali Sharmarke, que dimitió en septiembre tras meses de enfrentamientos con el presidente que bloquearon al gobierno, perjudicando las relaciones con los aliados extranjeros y su capacidad de lucha contra Al Shabaab.

El viernes el representante especial de la ONU par Somalia, Augustine Mahiga , agradeció el nombramiento de Mohamed diciendo que "el tiempo no permitirá más crisis dentro del liderazgo de Somalia". El mandato del gobierno interino termina el próximo mes de agosto. Mientras tanto, los enfrentamientos armados siguen enturbiando a diario la vida en la capital del país.

"Quizás la guerra sea inevitable, pero la política de mi gobierno no es que la guerra sea la prioridad", afirma Mohamed. "No queremos derramar sangre. No queremos añadir más destrucción. Este país ha sido un caos durante 20 años y se ha derramado mucha sangre".

Durante todos estos años de guerra, Mohamed ha vivido gran parte del tiempo en EEUU, a donde se trasladó en 1985 para trabajar en la Embajada de Somalia en Washington D.C. Cuando el gobierno de Siad Barre cayó en 1991 se quedó en EEUU con su mujer y sus cuatro hijos y se trasladó a Buffalo (Nueva York), en donde trabajó en la administración pública y enseñó en la State University de Nueva York, la universidad en donde se formó. Antes del pasado jueves sólo había regresado a su tierra natal una vez en 25 años.

En privado, algunos altos cargos del gobierno se quejan de que Mohamed es una figura desconocida en Mogadiscio, y que será incapaz de abrirse camino entre la compleja y dura política somalí, plagada de intereses de clanes tribales. "¿De dónde sale? Nadie le conoce. Parece una marioneta", murmura un ex ministro.

Su primer desafío será lograr el voto de la mayoría de los 550 parlamentarios somalíes, y a continuación nombrar un gabinete. "La política es impredecible", afirma Mohamed. "Haré todo lo que pueda para explicar a nuestros parlamentarios por qué estoy aquí, y que la razón no es otra que contribuir".

En torno a la clase política somalí hay muchos intereses creados, y Mohamed ha prometido afrontar este tema. "Tenemos que luchar contra la corrupción y la apropiación indebida de fondos del estado y de la ayuda de países amigos", afirma.

También asegura que formará un gabinete de unos 18 ministros, en lugar de los 39 que tenía su predecesor, y que espera atraer a más somalíes educados que están en la diáspora, personas que como él mismo han vivido en el extranjero durante años. "La única manera de volver a ser una nación en paz no es sólo siendo un espectador, sino siendo también parte de la solución".

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