Pakistán aplaza la ejecución de un parapléjico porque los verdugos no saben cómo ahorcarle

    • Mientras estaba en prisión, una meningitis dejó en silla de ruedas a Abdul Basit, condenado a muerte por asesinato.
    • Los verdugos no pudieron ahorcarle porque las normas penitenciarias exigen que el condenado esté de pie.
Abdul Basit, parapléjico condenado a muerte
Abdul Basit, parapléjico condenado a muerte

Abdul Basit, preso de 43 años condenado a muerte en Pakistán por asesinar al tío de su amante, quedó en silla de ruedas por una meningitis tuberculosa que contrajo en prisión hace cinco años.

Iba a ser ejecutado este martes antes del amanecer. Los verdugos han tenido que suspender la ejecución de la sentencia, porque no saben cómo ejecutar a un preso en silla de ruedas cumpliendo el reglamento.

Según las normas de la prisión, el reo debe estar de pie para que los verdugos puedan colocarle la soga. Aunque lo han intentado, los funcionarios de la prisión no han logrado mantener a Basit en una posición de equilibrio. Finalmente, un magistrado ha determinado que se aplace la ejecución hasta nueva orden.Espera de los familiares

Los familiares estaban esperando afuera de la prisión para llevarse el cuerpo cuando han recibido la noticia. "Aunque esperábamos malas noticias, Dios le ha dado una nueva vida", ha declarado la hermana del condenado a la agencia AP.

El reo siempre ha mantenido su inocencia de los cargos que se le imputaban.

Activistas de derechos humanos agrupados en Proyecto Justicia Pakistán han difundido una campaña para impedir la ejecución de Basit. Aseguran que las leyes pakistaníes protegen la dignidad del preso, cuya ejecución en sus condiciones físicas resulta cruel y degradante.

También Amnistía Internacional ha exigido parar la condena, pero sus demandas no han sido escuchadas.

El 22 de julio se solicitó un indulto para Basit, que no ha sido atendido hasta el momento. El único que tiene capacidad para concederlo es el presidente Mamnoon Hussain.

Pakistán ha sido uno de los países que más penas de muerte ha aplicado desde diciembre de 2014. A raíz del sangriento atentado contra una escuela de Peshawar, en donde murieron 150, la mayoría niños, el país levantó la moratoria sobre la pena capital. A partir de aquella fecha, han sido ejecutados 239 condenados. Amnistía Internacional calcula que otros 8.000 esperan en los corredores de la muerte, muchos de ellos sin haber pasado por un juicios con suficientes garantías.

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