Vladimir Putin le regaló al primer ministro griego, Alexis Tsipras, un ícono antiguo que fue robado a Grecia por los nazis durante la II Guerra Mundial en el encuentro que mantuvieron en el Kremlin.
Según informó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, la reliquia se trata de una imagen de "San Nicolás el Milagroso y San Espiridón", que fue sacado por los nazis de Grecia, de una catedral ortodoxa y que estaba en Alemania.
"El nazi que se lo llevó fue detenido en 1945 por las tropas del Ejército Rojo y entregado a las autoridades griegas", señaló el portavoz. "En 1947 fue fusilado en Grecia por las atrocidades que había cometido allí", agregó Peskov. La imagen de "San Nicolás el Milagroso y San Espiridón" pudo ser recuperada de Alemania gracias a que un mecenas ruso lo compró a los herederos del nazi que se lo había apropiado.
El regalo del presidente Putin fue entregado durante la visita esta semana del dirigente griego a Moscú. Durante dicha visita oficial, Tsipras acudió a un homenaje a los fallecidos soviéticos frente a los nazis y mantuvo un encuentro con el presidente ruso, que prometió invertir más en Grecia durante los próximos años.
La afinidad del gobierno actual griego con Rusia no es algo nuevo: están en contra de la ampliación de sanciones contra Rusia por parte de la UE, y se especula con que Grecia obtenga dinero ruso, a modo de préstamo, para poder hacer frente al dinero que debe a Europa. Ambos países son de denominació ortodoxa, por lo que la afinidad no es sólo cultural, sino también "espiritual", como resaltó Putin durante el encuentro de este miércoles.
El acercamiento de Tsipras y del ejecutivo griego a Rusia no ha sentado del todo bien en Europa, que ve con recelo este cambio del foco de atención del país heleno.
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