Rusia enseña su colmillo más racista

  • Un congoleño, apuñalado en el metro, una joven musulmana golpeada por adolescentes que le dijeron que se marchase de su ciudad y el asesinato a cuchillazos del activista musulmán Metin Mekhtiy. Son las últimas muestras del lado más oscuro de un país que grita: "Rusia es para los rusos".

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Khristina Narizhnaya, Moscú (Rusia) | GlobalPost

Un hombre congoleño, apuñalado en el metro de Moscú. Una joven musulmana, golpeada por tres adolescentes que le dijeron que se marchase de su ciudad, Kondopog. Pero quizás el ejemplo reciente de violencia racial más impactante en Rusia ha sido el asesinato del activista musulmán Metin Mekhtiyev, que murió por las cuchilladas recibidas en el cuello y la cara a las puertas de su casa en el centro de Moscú a principios de abril.

La Policía dice que el motivo fue un robo, ya que su teléfono móvil, el dinero y las llaves habían desaparecido. Pero la brutalidad del crimen apunta hacia un ataque por motivos raciales, dice Vera. Alperovich, experta en extremismo del centro Sova de Moscú.

La xenofobia está aumentando en Rusia, especialmente contra los trabajadores inmigrantes de Asia central y del norte del Cáucaso, en donde el desempleo es galopante.

Las encuestas muestran lo extendido del problema. Uno de cada cinco rusos está de acuerdo con el eslogan "Rusia para los rusos", al tiempo que el 43 por ciento de los encuestados consideran que cualquier medida que se adopte para proteger "a su gente" está bien, según un trabajo realizado por el profesor Mark Ustinov, de la Higher School of Economics de Moscú.

Casi el 70 por ciento de los rusos tienen sentimientos negativos hacia la gente de otra etnia, según la investigación de Ustinov.

El creciente flujo de trabajadores inmigrantes (entre 13 y 14 millones al año, según algunos cálculos), la mayoría de ellos temporeros de ex repúblicas soviéticas pobres como Tayikistán, Uzbekistán y Kirguistán, exacerba las ya tensas relaciones raciales y étnicas en Rusia. Rusia es el segundo país del mundo, después de EEUU, en llegadas de inmigrantes.

Muchos rusos temen que los recién llegados les quiten los puestos de trabajo, las ciudades y eventualmente el país. Estos son los motivos que parecen estar detrás de una serie de ataques a extranjeros a lo largo del país, y al aumento en la popularidad de los eslóganes políticos racistas.

"Dejad de alimentar al Cáucaso", una consigna acuñada este invierno por el activista anti corrupción y bloguero Alexei Navalny, logró un gran eco entre la población.

El número de ataques violentos a los extranjeros que no son blancos llegó a su máximo en 2007, cuando llegaron a ser asesinados 5 cada mes. Esa cifra ha disminuido significativamente. Desde el inicio de este año 32 personas han sido atacadas y dos han muerto por actos xenófobos y racistas en Rusia, según el centro Sova.

El número real de ataques es probablemente mucho mayor, sin embargo, ya que la mayoría de ellos no se denuncian, según Tanya Lokshina, vicedirectora de la oficina en Moscú de Human Rights Watch.

"Si los vecinos atacan a un trabajador uzbeco en una zona industrial a las afueras de Moscú, la Policía probablemente no va a investigar el caso con seriedad", afirma. "Y el uzbeco probablemente no denunciará el ataque. O bien porque no sabe cómo hacerlo o, Dios no lo quiera, porque no tiene documentación".

Las fuerzas de seguridad han aumentado las detenciones por los delitos xenófobos en los últimos tres años, especialmente después de que unas masivas peleas racistas en diciembre de 2010 en la plaza Manezhnaya generasen una amplia indignación popular.

La mayor parte de las bandas nacionalistas violentas rusas han sido liquidadas, y sus líderes estarán encarcelados durante décadas. A principios de abril cinco miembros de un grupo nacionalista fueron condenados a cadena perpetua por matar a 27 personas, además de otros delitos.

El pasado septiembre un empresario nacionalista fue condenado a nueve años de cárcel por varios cargos, incluyendo el diseño y promoción de un juego online que exigía a los participantes matar a un barrendero inmigrante y a un agente de policía para alcanzar un nivel más alto. Para ganar la partida, los jugadores tenían después que matar al abogado pro derechos humanos Stanislav Markelov, que fue asesinado en 2009 en Moscú.

Las detenciones han disminuido el nivel de los ataques violentos. Pero la actitud xenófoba continúa.
Una camarera rusa de piel pálida y ojos azules se echó a reír cuando dos africanos bien vestidos entraron en un restaurante de gama alta de Moscú frecuentado por extranjeros, según pudo ver una periodista de GlobalPost.

La camarera se dio la vuelta y le comentó a otra compañera, una morena de tez oscura. "Tu gente ha entrado", le dijo. "Yo soy blanca. Tú te pareces más a ellos", le dijo la rubia, señalando hacia el pelo y piel de su colega.

Algunos están explotándolo para lograr ventaja política. Los inmigrantes no se están integrando en la sociedad eslava, sostiene Dmitry Demushkin, líder del grupo nacionalista de ultraderecha Russkiye. Pretende registrar en un futuro próximo el Partido Nacionalista, asegura. "Están haciéndose con determinados sectores, los mercados callejeros, la limpieza de las calles. Por supuesto que a la gente no le gusta", dice.

Su grupo pretende defender los intereses de la etnia rusa y de quienes han vivido históricamente en el territorio de la Federación Rusa, explica Demushkin.

Russkiye está en contra de la violencia contra los inmigrantes, aclara. En lugar de ello, Demushkin propone endurecer las condiciones laborales en Rusia para los trabajadores extranjeros, de manera que no les atraiga la idea de inmigrar. Sus propuestas incluyen acabar con la corrupción y con el "monopolio" de algunos grupos étnicos en determinados sectores.

Demushkin cree que su partido se convertirá en una fuerza poderosa en un futuro cercano, especialmente ahora que los nacionalistas están haciéndose más fuertes a lo largo de Europa.

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