Sarkozy gana pero paga caro no apoyar a los socialistas

La victoria de los Los Republicanos de Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta de las elecciones regionales complica el regreso del expresidente francés a la escena política gala. El pequeño Napoléon está de vuelta y la posibilidad de que se presente a las próximas elecciones de 2017 han aumentado este fin de semana, siempre con permiso de François Fillon y Alain Juppé, rivales de Sarkozy en las primarias de la derecha francesa. Sin embargo, su agresiva su estrategia no ha gustado en las filas republicanas.

"Las elecciones le han ayudado a visibilizar su proyecto", señala en declaraciones a este medio Jordi Sauret, especialista en análisis electoral de la Universitat Abat Oliva. Su victoria hay que analizarla con perspectiva y cautela. Los republicanos deSarkozy ganan en 7 de las regiones colocándose por delante del partido de Hollande que consigue hacerse con la victoria en 5 regiones, muchas más de las previstas. El partido de Sarkozyha superado los diez millones de votos, pero "sabe que una parte de ellos es un préstamo de la izquierda", que pidió el voto para parar al Frente Nacional de Marine Le Pen. "El éxito es indudable, antes tenía una región y ahora siete", recuerda el experto, que añade que "Sarkozy recibió criticas por no haber retirado sus candidatos en las regiones donde no tenía opciones y por su línea demasiado a la derecha", explica.

Sarkozy ya ha comenzado a mirar a 2017. Baraja, incluso, la posibilidad de adelantar las elecciones primarias, una idea de que no gusta nada a sus rivales. En un principio la agrupación elegiría a su candidato en primarias después del próximo verano.

En una entrevista a "Le Figaro", Sarkozy ha insistido en que apuesta "por la adopción de un proyecto político extremadamente fuerte, y eso no quiere decir radical". Pero las críticas ya han empezado. La "número dos" de su partido, Nathalie Kosciusko-Morizet, le recordó que si los socialistas no se hubieran apuntado a la estrategia contra Le Pen, él no habría conseguido tanto apoyo. Un golpe de realidad para el expresidente que ya se ve en Elíseo.El frente Nacional consolida su ascenso con 6,8 millones de votos

La recesión de 2008, la crisis de los refugiados y el aumento del peligro terrorista ha alimentado el auge del populismo de Marine Le Pen. "Hay malestar entre los franceses", explica. "Cuanto menor es la participación, mayor es la consolidación del partido ultraderechista, sin embargo el sistema francés impide que triunfe", señala Sauret. "No se puede obviar el importante aumento del Frente Nacional en los últimos diez años", insiste.

El politólogo, Jean-Yves Camus, de la Fundación Jean Jaurès, comparte esta afirmación: "el resultado tiende a confirmar que hay una barrera para el FN, que se comporta excelentemente en la primera vuelta pero que no sabe ir más allá". El FN tiene motivos para consolarse con el récord de 6,8 millones de votos que ha obtenido, por encima de los 6,4 millones que sumó en la última presidencial, en 2012, pero entonces con una participación 20 veces superior.

En su editorial del lunes, el diario progresista Liberationaseguró que "esta victoria es sobre todo una no derrota" y agregó que "fue el miedo a la extrema derecha lo que movilizó a la izquierda y no la adhesión". Para el periódico conservador Le Figaro estos resultados exigen a los adversario del FN que "se muestren a la altura de la confianza que les volvió a depositar" el electorado.

Ganar por lo menos una de las regiones era importante para el Frente Nacional para mostrar a los electores que es capaz de gobernar antes de que se realicen las elecciones presidenciales en 2017. Una oportunidad que no ha podido ser pese haber salido victorioso en casi la mitad de las regiones del país en la primera vuelta.