Shanghái, la nueva meca de los secuestradores

  • Hasta 20.000 niños son secuestrados en China cada año. Casos como el de Weng Li son extraños, después de cuatro años de secuestro, fue encontrado. Pero Weng Li tuvo suerte, lo normal es que las víctimas sean trasladadas a fábricas, minas, o que sean vendidas en el mercado negro de adopción.
Aritz Parra, Shanghái (China) | GlobalPost

(El siguiente vídeo está en inglés. Puedes leer su transcripción al castellano más abajo)

In situ, Shangái:

Shanghái, la nueva meca de los secuestradores

El secuestro de éste niño fue grabado por una cámara de videovigilancia. Fue hace cuatro años en la ciudad china de Shenzhen. Su captor: el hombre vestido de blanco, que lleva una carpeta y que camina sobre sus pasos una y otra vez. Justo detrás de él, detrás la víctima, el chiquillo vestido de amarillo. El secuestrador trata de captar la atención del niño dándole caramelos y funciona. El chico cae en la trampa y poco después se va con su secuestrador. Nadie ha vuelto a ver al niño.

Casos como estos suceden cada día en toda China donde los secuestros se están convirtiendo en una epidemia. Las estimaciones más conservadoras apuntan a que hasta 20.000 niños son raptados cada año en el país y las estimaciones indican que este número sigue creciendo.

Las adopciones ilegales y las redes criminales son el problema endémico. Pero por encima de todo está la política que ha tenido el gobierno en los últimos años y los diferentes cambios sociales que afectan al país.

Peng Gaoefen, es el padre de Weng Li, secuestrado en 2008. Gaoefen estuvo tres años buscando a su hijo. “Cada día duele como si te estuvieran enterrando en vida”, dice.

Su caso atrajo la atención internacional y se difundió por todo el mundo.

“Cuando te das cuenta de que el niño se ha ido, te das cuenta de que será un dolor que llevarás toda la vida encima, no puedes parar de torturarte”.

El caso de Weng Li terminó en febrero cuando un usuario de internet reconoció al niño en una foto. Weng Lin ahora tiene 7 años. Fue secuestrado por un hombre que no tenía hijos pero que quería cuidar uno. Esta vez la historia ha tenido un final feliz

Debido a la lenta burocracia y a una policía cuya labor es poco efectiva, Gaoefen se convirtió en detective, en activista y en mucho más. Llegó a convertir su tienda en un gigante escaparate publicitario para difundir y publicitar el caso de su hijo. Pero internet jugó el papel más importante de su vida.

Alguien reconoció a Weng Li por internet al ver su foto publicada en una de las múltiples webs que habían creado los padres con hijos secuestrados, para ayudarse mutuamente. Hay muchas webs, blogs y microblogs que permiten a las familias compartir información y pistas.

La búsqueda puede ser muy dura. Mantener la fe en la búsqueda puede ser complicado.

El destino de los secuestrados suele estar en dos sitios. Algunos son llevados a trabajar en fábricas o en minas en las provincias rurales, pero la gran mayoría van al mercado negro de adopciones.

El profesor Yu Hai del departamento de sociología de la Universidad de Fudan, dice que “hay mucha necesidad de niños hoy en día. Familias sin hijos, fábricas que los usan como mano de obra barata… y en las ciudades ahora también se ha convertido en un negocio. ¡No lo hacen porque sean pobres! Lo hacen porque es un negocio, un comercio que desemboca en actividades ilegales”, añade Yu Hai.

Uno de los problemas es que hay mucha gente viajando entre las áreas rurales y a las ciudades, lo que hace que las búsquedas sean más complicadas. Además, la política de un único hijo que ha mantenido el gobierno chino durante mucho tiempo se ha convertido en un agravante.

Por un lado, las parejas con sólo un hijo se ven devastadas cuando alguien se lo roba. Por otra parte, la demanda de aquellas parejas que quieren desesperadamente uno hace que el negocio sea más lucrativo

El profesor cree que este problema podría terminar siendo lo suficientemente serio como para hacer peligrar la estabilidad social china.

“Los niños necesitan protección. Cuando no se protege a los niños, se quiebra la confianza de los ciudadanos en el gobierno y se rompe la ética social. Se daña la legitimación política de la sociedad, y el resultado es que se dañe el objetivo de mantener una sociedad armoniosa”, explica Yu Hai.

Una sociedad armoniosa. Ese es uno de los objetivos del presidente de China, Hu Jintao. Pero cuando los secuestros no solo ocurren en zonas rurales, sino en los centros económicos del país, se puede poner en duda la capacidad del Gobierno para proteger a sus ciudadanos.

Desde hace más de una década Wang Jie tiene un negocio de aparatos electrónicos en la metrópoli de Shanghai. En 1999, su hijo, Wang Lie fue secuestrado.

"Fue el 20 de agosto de 1999. Lu Shundong se llevó a mi hijo. Él lo secuestró. Mi hijo se llamaba Weng Lie, tenía cinco años cuando sucedió. Había un baño justo ahí, enfrente de la tienda. De esto hace ahora once años. Lu dijo que llevaba a mi hijo al baño y así hasta hoy. Fue justo ahí", explica afectado Wan Jie.

Encontrar a su único hijo es la razón de vida de Tang Weihua, la madre del niño. "Estamos buscando en todo el país, también mediante el blog", dice Tang. Varias veces al año la pareja pone carteles y viaja a varias provincias en busca de pistas. Ella dejó su empleo para poder dedicarse a la búsqueda de su hijo.

La policía consiguió capturar al secuestrador, pero él ya no sabía qué había sido del paradero del niño. El secuestrador fue liberado pronto, estuvo diez años encarcelado, pero el niño sigue desaparecido. A día de hoy tendría 16 años.

"Mi corazón está cansado. Sufrímos mucho. No importa nada. Aunque lo pienses. Ni económicamente, ni mentalmente ni físicamente", dice Tang Weihua.

"Los dos pasamos la mitad del año viajando. Nuestro negocio va muy mal desde hace mucho tiempo. Es muy duro para nosotros soportar esto. No hay nada que podamos hacer", amplía el padre de Wan Jie.

"Justo aquí guardo su primer cabello", sentencia Tang.

La pareja dice que les gustaría que se endureciera la legislación actual y piden que se castigue, no sólo a los que secuestran, sino también a aquellos que adoptan a los niños de forma ilegal.

En 2007 el gobierno central chino hizo un plan nacional contra el tráfico de mujeres y niños para intentar protegerles y también crearon una agencia específica para gestionar esta labor. Y en 2009, respondiendo a una clamorosa demanda social y lanzaron una campaña sobre los secuestros y el tráfico de niños.

Las autoridades dicen que desde entonces se ha conseguido encontrar a unos 9.000 niños secuestrados pero lo cierto es que se trata de un porcentaje muy pequeño del total de secuestrados.

Para la pareja Wang y Tang, la búsqueda continúa. Ahora, con la existencia de nuevas formas de búsqueda online se ha abierto una esperanza para ellos.

"El niño ha crecido. Quizás use internet algún día. Espero un milagro gracias a la plataforma que nos da internet. Como padres, una vez trajimos a un niño al mundo. Tenemos la obligación y la responsabilidad mientras vivamos, de seguir buscando hasta que regrese a casa. No pararemos", sentencia la madre de Wan Jie.

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