Solidarios en acción: Actívate contra la violencia de género

  • Cada año mueren en Uruguay 40 mujeres a causa de agresiones de sus parejas. El número es mucho más grave si tenemos en cuenta que en el país viven 3,5 millones de personas. Muchas organizaciones de apoyo a las víctimas luchan en solitario. El problema es de todos, pero los políticos uruguayos tapan la realidad con promesas que no llegan a cumplirse.
Cada año mueren en Uruguay 40 mujeres a causa de agresiones de sus parejas.
Cada año mueren en Uruguay 40 mujeres a causa de agresiones de sus parejas.
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Santiago Zarraga

TELÉFONO DE ATENCIÓN A LA MUJER (ESPAÑA): 016TELÉFONO DE ATENCIÓN A LA MUJER (URUGUAY): 0800 4141

"Mataron a una chica que estaba atendiendo, estabamos en su casa y el hombre no respeto la orden de alejamiento. Llamó al timbre y cuando la mujer bajó le disparó en la cabeza" narra con voz quebrada Mabel Simois. Ésta trabajadora social en Montevideo (Uruguay) ha perdido la cuenta de los casos de violencia de género que ha tratado en los últimos veinte años.

La situación de la violencia doméstica en Uruguay es grave. Según datos de la Red uruguaya contra la violencia doméstica y sexual,cada año mueren en Uruguay 40 mujeres a manos de sus parejas. En lo que va de 2010, han fallecido 34 mujeres explica Simois, responsable de las agresiones de género de la organización Casa de la Mujer de la capital uruguaya.

Aunque en España el número de víctimas mortales es mayor (este año la cuenta va por 59) hay que tener en cuenta que la población uruguaya es diez veces menor a la española explica Simois. Desde el centro en el que trabaja asesoran a más de 1.200 mujeres cada año. ¿El perfil de la mujer maltratada en Uruguay? Clase media o media-baja, de entre 30 y 45 años, con más de tres hijos y el 50 por ciento nunca ha trabajado define Simois.

La experiencia de Mabel no es poca, que se exilió en Canarias durante la dictadura uruguaya de Bordaberry (1973 - 1985). Allí comenzó a trabajar en una ONG que ya trabajaba con el problema de la violencia doméstica. Cuando volvió a Uruguay en 1987, pensaba que ese problema no existía en su país. Nada más lejos de la realidad, entonces abrió los ojos y decidió poner en marcha todo lo que había aprendido.

Más éxitos que fracasos

Simois prefiere quedarse con los éxitos de su trabajo. El caso de Martha es uno de ellos, una de esas mujeres que un día apareció temerosa, sin saber muy bien a qué se iba a enfrentar. Martha llegó a la Casa de la Mujer en 2003, "después de 20 años casada me di cuenta de lo que pasaba" explica. Esta ex víctima tiene ahora 63 años y cinco hijas, su pasado es una tragedia, "pero gracias a las mujeres [trabajadoras de la ONG] la vida ahora es una maravilla, la mía y la de mis hijas".

En voz muy baja, Martha explica su vivencia. "Fue la única pareja que he tenido, no hubo golpes pero sí violencia psicológica y económica" narra. Su ex marido le hizo dejar de trabajar, con lo que su vida se empezó a desarrollar sin salir de casa. En aquel momento el tema era tabú y Martha llegó a llamar a los números de atención telefónica para mujeres maltratadas, "allí no me ayudaron mucho, sólo me dijeron que si había pensado en separarme o divorciarme".

Después de tres años Martha consiguió salir adelante, ahora vive con dos de sus hijas y dice no guardar rencor hacia su ex pareja. "Al principio sentía un odio terrible, pero poco a poco con la ayuda de las mujeres pude perdonarle. Sin embargo sigue siendo agresivo y no quiero verle".

La ley acompaña pero los políticos no

Desde la Casa de la Mujer, Simois explica la mala gestión que se hace de este problema en Uruguay. "Hay una falta de sensibilización y capacitación de los operadores judiciales" con lo que la ley no se aplica como podría. Mabel explica que el día que aprobaron la nueva ley (en 2002) un hombre mató a su mujer y a sus cuatro hijos a martillazos, días después los legisladores por los pasillos se referían a la norma como "la ley del martillo, esa es la sensibilidad que existe en Uruguay".

Para Simois, la violencia doméstica en su país también es un problema político. "Hay un discurso muy decorativo, pero a la hora de presupuestos no se mueve nadie". El informe anual del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) corrobora la crítica. En 2009 Uruguay donó poco más de 2.000 euros, la misma cantidad que en el año anterior, en el otro extremo encontramos a España donó  más de 17 millones de euros al fondo.

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