Solidarios en Acción: ¿Quién defiende a los defensores en México?

  • Los enfrentamientos por la localización de las lindes son un problema que en Oaxaca (México) pueden desembocar en graves conflictos entre diferentes grupos. Los intereses del Gobierno, paramilitares y pueblos indígenas se entremezclan para desembocar en graves violaciones de derechos. La mediación en estos conflicto conlleva meterse en la defensa de derechos humanos, ¿pero quién está detras de los que defienden los derechos de otros?
Los intereses del Gobierno, paramilitares y pueblos indígenas, se entremezclan para desembocar en graves violaciones de derechos en Oaxaca (México).
Los intereses del Gobierno, paramilitares y pueblos indígenas, se entremezclan para desembocar en graves violaciones de derechos en Oaxaca (México).
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Santiago Zarraga

"Las amenazas y ataques a nuestras oficinas comenzaron desde el momento en que decidimos intervenir en problemas de este tipo" explica Maurilio Santiago Reyes,refiriéndose a los problemas por la propiedad de las tierras que surgen entre los vecinos de Oaxaca. Reyes ha vuelto hace unos meses de su exilio. La ONU le ofreció una beca durante un año por la situación de riesgo que vivía. Después de 12 meses, Santiago Reyes notó pocos cambios. "Ahora que regreso hay que volver a asumir las responsabilidades y riesgos" y aceptar que ser defensor de derechos humanos en Oaxaca es muy "riesgoso".

Los problemas entre Gobierno, paramilitares e indígenas en el estado de Oaxaca "siempre han estado ligados a la propiedad de la tierra" explica Reyes, presidente del Centro de Derechos Humanos y Asesoría de Pueblos Indígenas (Cedhapi). La ONG compuesta en su mayoría por abogados, defiende los derechos de dos grupos étnicos (de los más de 16) que conviven en el estado mexicano.

Problemas territoriales

La labor de esta ONG de Oaxaca es ayudar a dos etnias minoritarias de la región, principalmente cuando surge un problema sobre la propiedad de las tierras. Aunque parece que no trabajan directamente con temas de derechos humanos, acaban entrando de lleno en estos. Su caso puede ser ejemplo para las conclusiones que Amnistía Internacional (AI) hace sobre el estado de los derechos humanos en México. El informe dice que en 2009 continuaron y aumentaron las denuncias de violaciones de derechos humanos.

Incluso el Gobierno de Calderón ha mostrado su interés en terminar con la violencia de la zona y el regidor de Derechos Humanos del municipio de Oaxaca, Jacobo Berra Pérez, alertó hace pocos días que el clima de violencia que viven actualmente los oaxaqueños podrían alcanzar los índices que se registran en la ciudad de Tijuana.

Estos datos son el pan de cada día para la ONG Cedhapi, lo que hace que su labor de resolución sea más compleja. A las luchas territoriales entre los indígenas se suman los intereses de paramilitares, militares, policía y Gobierno. "La situación que vivimos aquí es de mucho riesgo, los temas en los que trabajamos trastocan poderes muy delicados, como los estatales o los paramilitares" dice Reyes.

"Para los que predicamos en el desierto, la presencia y la voz que un organismo internacional nos puede dar es un gran apoyo" explica Reyes. Se refiere a la ONG Brigadas de Internacionales de Paz (BIP), que tiene allí un equipo que les ayuda en sus tareas.

¿Lucha en solitario?

También desde Oaxaca habla Graciela, una de las voluntarias que Brigadas de Paz tiene en Oaxaca. Esta madrileña de 27 años dice que para los voluntarios de BIP,"el riesgo minimizado". Graciela trabaja mano a mano con Cedhapi y otras ONG locales. Eso conlleva estar cerca de las mismas amenzas que reciben sus protegidos, pero en los casos de conflicto violento "nuestra política de no violencia nos impide intervenir" explica.

Aunque motivación no le falta, reconoce que "se hace duro trabajar con estos conflicto en los que los asesinatos y secuestros suelen estar presentes". Durante dos meses más (la organización no les permite estar durante más de un año en el mismo país). Graciela acompañará a defensores de derechos humanos de varias ciudades de Oaxaca a hacer sus trámites.

Las funciones de Graciela van más allá de hacer acto de presencia. Su compañía va más allá del respeto que puede imponer un ciudadano extranjero en conflictos de ámbito local. La voluntaria de las Brigadas de Paz también aconseja sobre los procedimientos jurídicos que se pueden seguir en determinado caso o hacer y mantener contacto con las administraciones públicas o con organismos internacionales.

La organización tiene proyectos en cinco países, incluidos sus dos equipos en México. Graciela llego a Oaxaca hace diez meses, ¿la motivación de esta voluntaria madrileña? "Trabajar en lo que me gusta, siempre había vivido en Europa, aquí estoy más cerca de los problemas que había estudiado y que me interesan" explica Graciela.

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