Sudáfrica se enfrenta en los juzgados a los militares corruptos de Ruanda

  • El totalitario presidente ruandés, Paul Kagame, podría estar detrás deun grave intento de asesinato. El Gobierno de Ruanda habría actuado enterritorio sudafricano sin permiso, pero la presunta víctima, Nyamwasa,tampoco tiene fama de ser un santo. El origen del problema es la guerragracias a la que Kagame llego al poder en Ruanda.
Erin Conway-Smith, Johanesburgo (Sudáfrica) | GlobalPost

Un juicio con una enorme carga política que se está celebrando en Sudáfrica ha arrojado nuevas y explosivas acusaciones que implican al Gobierno de Ruanda en el envío de agentes para asesinar a detractores en países extranjeros.

El caso que se juzga es el intento de asesinato de un ex alto cargo del Ejército ruandés que se exilió en Sudáfrica tras caer en desgracia con el presidente de su país, Paul Kagame.

El teniente general Faustin Kayumba Nyamwasa recibió un disparo en junio de 2010 cuando regresaba a su casa en un barrio acomodado de Johannesburgo, durante una emboscada que a todas luces parecía un intento de asesinato.

Uno de los testigos, un ruandés que emigró a Sudáfrica en 2003, ha testificado que los hombres que planificaron el asesinato de Nyamwasa eran soldados del Ejército de Ruanda que hacían ostentación de dinero y coches.

La mujer de Nyamwasa, Rosette, ha declarado que un hombre armado se acercó a su BMW mientras esperaban pasar un control de seguridad a la entrada de su urbanización, en el barrio de Melrose Arch. El hombre hizo un disparo a través de la ventana del vehículo, hiriendo a Nyamwasa en el estómago. Después intentó supuestamente rematar su trabajo con un segundo disparo, pero se le encasquilló el arma y huyó.

Pero la historia no termina ahí. Los fiscales sudafricanos dicen que la gente que quería matar a Nyamwasa planeó a continuación estrangularle en su cama del hospital, mientras convalecía de la herida de bala.

Un tribunal de Johannesburgo está juzgando por estos hechos a tres ruandeses y tres tanzanos, que se han declarado inocentes de todos los cargos. Entre los acusados figura el ex soldado ruandés y chófer de la víctima, Richard Bachisha, que conducía el BMW en el momento del ataque.

Pascal Kanyandekwe, un hombre de negocios ruandés con pasaporte belga, ha sido acusado de planificar el intento de asesinato de Nyamwasa en el hospital. También se le juzga por corrupción, tras intentar sobornar supuestamente a dos agentes de policía con un millón de dólares para ser puesto en libertad.

Los principales testigos de la fiscalía han recibido protección especial de las autoridades sudafricanas, porque temen ser atacados por el Gobierno de Ruanda, según informa la prensa local.

Los disidentes ruandeses acusan al Ejecutivo de Kagame de participar en el ataque al ex militar. Por su parte, la acusación no dice nada sobre si considera que Kagame está detrás del ataque.

Las autoridades de Ruanda han rechazado vigorosamente cualquier acusación sobre su participación en la emboscada, y han contratado a un abogado sudafricano para vigilar lo que se dice durante el juicio en Johannesburgo. “El Gobierno de Ruanda no tiene nada que esconder. No está implicado en esto”, ha declarado el letrado Gerhard van der Merwe a Associated Press.

Kagame y su Frente Patriótico Ruandés están en el poder desde el fin del genocidio de 1994 que acabó con las vidas de 800.000 tutsis y hutus moderados cuando el actual presidente lideró un Ejército rebelde a la capital para derrocar al gobierno hutu. Esta es la versión de la historia que Kagame utiliza para justificar la continuidad de su régimen autoritario.

Pero a Kagame se le acusa se ser cada vez más déspota. Los grupos de derechos humanos dicen que los políticos de la oposición, periodistas y activistas de la sociedad civil en Ruanda son cada vez objeto de más presión por parte del Gobierno.

En mayo, la policía británica advirtió a algunos exiliados ruandeses que viven en el Reino Unido que sus vidas corren peligro, y se cree que esas amenazas pueden tener su origen en el seno del gobierno africano.

En los meses previos a las elecciones presidenciales del año pasado en Ruanda se produjeron misteriosos ataques mortales con granadas en la capital del país, Kigali, y una serie de acciones represivas del Gobierno contra políticos de la oposición y periodistas.

Nyamwasa, que fue hasta no hace mucho embajador de Ruanda en la India, se ha convertido en abierto detractor de Kagame, pero desde su aparente intento de asesinato mantiene un perfil bajo.

Nyamwasa y Patrick Karegeya, ex jefe de inteligencia de Ruanda, fueron acusados de los ataques con granada del año pasado. Ambos acabaron huyendo a Sudáfrica, uniéndose así a las docenas de altos cargos ruandeses que se han exiliado a países vecinos desde la llegada al poder de Kagame.

“El régimen de Kigali está convirtiéndose realmente en una dictadura totalitaria, y ya sabe que el poder absoluto lo corrompe todo”, declaró Nyamwasa a la emisora ‘Voice of America’ el año pasado. “Se supone que uno no debe debatir, y se considera que si tienes una opinión diferente sobre cualquier cosa, entonces eres el enemigo. Eso es lo que me ocurrió a mí”.

Nyamwasa y otros estrechos colaboradores de Kagame han sido condenados en rebeldía en Ruanda por delitos que incluyen la amenaza a la seguridad del Estado.

Nyamwasa, que recibió el estatus de refugiado en Sudáfrica en 2010, se enfrenta a cargos internacionales por crímenes de guerra vinculados a las secuelas del genocidio,  acusaciones que él rechaza.

Un juez español abrió causa en 2008 contra Nyamwasa y otros 39 miembros del Ejército de Ruanda por la matanza masiva de civiles hutu tras su llegada al poder. Grupos pro derechos humanos han exigido a Sudáfrica que le retire el estatus de refugiado debido a estas acusaciones.

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