¿Tiene tu ciudad lo que hay que tener para ser capital cultural?

Supongamos que tu ciudad quiere ser foco de interés cultural. En ese caso te asaltarán preguntas como: ¿Cuál será el primer paso? ¿Qué es lo importante? ¿Cómo puedo ayudar? ¿Se debe construir un museo? ¿O mejor una academia musical? ¿Hay que tener en cuenta a los pueblos cercanos? ¿Copiamos el modelo de otra ciudad o creamos otro nuevo?

Desde que en 1985 Atenas inaugurará éste título, más de cincuenta ciudades han sido ‘Ciudad Europea de la Cultura’. En 2016 le toca a España, que compartirá protagonismo con Polonia. Las ciudades elegidas se conocerán en junio de 2011.

Hasta la fecha en que se conozca la ciudad elegida, tres expertos nos cuentan su punto de vista. En 2002 Salamanca fue Capital Europea de la Cultura. “Lo más importante es que se trate de un proyecto que ilusione a todos los ciudadanos” explica Enrique Cabero, responsable de la candidatura de Salamanca. Otro punto a tener en cuenta: “no se debe generar una programación cultural a base de talonario” sentencia Cabero.

La voz de la experiencia

¿Por qué ganó Salamanca? El coordinador de Salamanca 2002 detalla que la ciudad “se marcó el objetivo desde que nació el título [1985], quiso ser capital de la cultura”, por lo que la persistencia y la preparación es fundamental según la experiencia de la ciudad salmantina.

Desde el punto vista teórico, “cualquier ciudad puede tener un palacio de congresos” explica Julio del Pino, profesor de Sociología urbana de la UNED. Presentar elementos propios, ampliar la oferta cultural o crear procesos participativos (los ciudadanos como protagonistas) son otros puntos en los que hay que centrarse aconseja Del Pino.

De las seis ciudades españolas que quedan en la carrera por el título, Córdoba (27,35 por ciento) es la mejor valorada. Según la encuesta de la Asociación de Ciudades Candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultura, le siguen de cerca Zaragoza (21,89) y Burgos (20,02). Las Palmas de Gran Canaria, Segovia y San Sebastián cierran la lista de las favoritas. En el caso polaco, Wroclaw y Lublin son, con diferencia, las ciudades que optan al título.

“Al final cada ciudad vende lo que puede” sentencia el sociólogo, que piensa que lo importante es crear una identidad propia, con independencia de la base que tome para crearla. El ejemplo lo da Málaga, que ha cogido a Picasso como imagen, “aunque Picasso se fue de la ciudad y no volvió” dice Del Pino.

Patrimonio: ¿Impulso o lastre?

"Hay que gestionar el patrimonio como motor de futuro” explica Nuria Preciado, responsable de la candidatura de Segovia 2016. En una ciudad como la que coordina es imposible dejar de lado el patrimonio, así que saber usarlo es básico.

Para Del Pino, “la confusión entre cultura y patrimonio es una característica muy española”. El profesor cree que pese a esto los españoles poco a poco empezamos a ir “más allá del edificio”.

Qué pide Europa

Aquellas ciudades que estén pensando en presentar su candidatura no pueden olvidar un básico exigido desde la UE: cooperación cultural. El resto de guías giran en torno al fomento y valoración de las creaciones artísticas, presentes, pasadas, nacionales y europeas.

“Resaltar las corrientes culturales comunes a los europeos” es otra de las peticiones. Pero… ¿no había que encontrar aspectos únicos? El truco está en transmitir lo propio al exterior y dejar que éste forme parte de los cambios futuros explica Preciado.

Aunque la UE ya estableció en 2006 los países que podían ejercer la capitalidad hasta 2019, no está de más que iniciativas de este tipo se pongan en marcha. Preciado da la clave para que funcionen: “el plan tiene que ser concebido de abajo a arriba, los ciudadanos tienen que sentir el proyecto”.

Una vez el premio se haya entregado, es importante según Cabrero tener un buen instrumento de Gestión. Según el coordinador salmantino: “la buena gestión del acontecimiento es imprescindible”. Los ayuntamientos no suelen estar capacitados normalmente para organizar este tipo de eventos.