Ucrania dispara la tensión entre Putin y Obama

    • Estados Unidos y Rusia atraviesan su peor momento diplomático desde la caída de la Unión Soviética.
    • El 'caso Snowden' y la guerra de Siria ya provocaron el enfrentamiento de las dos superpotencias.
Obama dice que Putin simula ser un "tipo duro" pero su relación no es gélida
Obama dice que Putin simula ser un "tipo duro" pero su relación no es gélida

¿Camina el planeta hacia una reedición de la Guerra Fría? El progresivo enfrentamiento diplomático entre Estados Unidos y Rusia, cuya relación pasa por su peor momento desde la caída de la URSS, ha puesto sobre la mesa de las relaciones internacionales esta cuestión, aunque todavía sea aventurado tratar de equiparar ambos escenarios.La falta de sintonía entre Barack Obama y Vladimir Putin, cada vez más indisimulada, tiene en la crisis de Ucrania el último de sus reflejos. La tensión es tal que Washington se plantea boicotear, junto a algunos de sus aliados europeos, la cumbre del G8 prevista para junio en la ciudad rusa de Sochi.El apoyo de Putin al expresidente ucraniano, Viktor Yanukovich, y el más que probable despliegue de tropas rusas en Crimea -algo que Estados Unidos da por hecho, según han informado fuentes oficiales al 'Washington Post', y que el nuevo Gobierno de Kiev cifra en 6000 soldados- es la gota que ha colmado el vaso. Obama cree que estas actuaciones suponen una vulneración de la "ley internacional", ya que Moscú se comprometió hace dos décadas no solo a reconocer la independencia y soberanía de Ucrania, sino también a no coaccionar económicamente al país.Estos postulados fueron firmados en un documento validado por Estados Unidos y Reino Unido y estarían siendo quebrantados, según el Gobierno estadounidense, con la protección dada a Yanukovich y a su régimen antes, durante y después de su caída y con el envío de soldados a la península que ahora lidera la oposición al nuevo Ejecutivo.En Ucrania se juega la última batalla geopolítica entre los dos gigantes, pues el país se halla dividido entre los partidarios de iniciar el proceso de adhesión a la Unión Europea -principal aliado internacional de Estados Unidos- y los que quieren seguir en la órbita de Rusia, siendo un país satélite del Kremlin. La tensión ha puesto al país al borde de la guerra civil y Obama ya ha advertido de los "costes" que tendría para Rusia tomar posiciones en Crimea y maniobrar para que se produzca otro vuelco político en Kiev.Esta crisis parece superar ya en gravedad a las otras dos que en los últimos meses enfrentaron a Rusia y Estados Unidos: el amparo concedido por Putin a Edward Snowden y las discrepancias en torno a Siria. La primera causó la anulación, por parte de la Casa Blanca, de una cumbre bilateral entre ambas potencias el año pasado, tras el asilo dado por Moscú al exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Snowden causó un gran revuelo internacional y graves problemas diplomáticos a la Administración Obama al desvelar el espionaje realizado por la agencia a civiles y países aliados, hecho que suponía delinquir por revelación de secretos. El exespía huyó y Putin le ofreció asilo, lo cual indignó a la Casa Blanca y acabó con la citada cancelación de la reunión bilateral.Este choque llegaba cuando aún no se había superado la crisis a cuenta de Siria. También en este punto colisionaron los intereses de ambos países, al mostrarse Rusia mucho más condescendiente con Bashar al Asad y poner trabas a la intervención en el país. Estados Unidos consideraba probado que el régimen sirio había usado armas químicas contra la población civil y consideraba ineludible mediar en la guerra civil liderando a una coalición. Pution llegó a advertir de las "graves consecuencias" que tendría hacer algo así. Finalmente, se descartó la opción militar y se priorizaron otras formas para presionar al régimen de Al Asad.Todo esto ocurría hace apenas medio año, cuando la convulsión en Ucranía permanecía latente, para estallar a finales de 2013. Tras el triunfo de la revuelta de los proeuropeos, los ciudadanos y autoridades afines a Moscú han empezado a organizarse y a lanzar, desde Crimea, un intento de desestabilizar a los nuevos gobernantes.Estados Unidos ve inaceptable que Putin ampare y promueva estas acciones y podría llegar a un acuerdo con sus aliados europeos -los mandatarios de Francia y Alemania, François Hollande y Angela Merkel, también fueron explícitos en su crítica a Yanukovich- para no asistir a la cita de Sochi, donde los ocho países más poderosos del mundo iban a abordar su cita anual, con Rusia de anfitrión. Gesto que recordaría, salvando todas las distancias, al boicot realizado en 1980 contra los Juegos Olímpicos de Moscú, una de las imágenes más célebres que dejó la Guerra Fría, periodo que hasta hace poco parecía superado.

Sigue @davidmartinezg//

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