Un cinturón para frenar las cesáreas

  • Desde la década de los 80 la Organización Mundial de la Salud ha insistido en que todos los países deben limitar los procedimientos por cesárea, pero las cifras siguen aumentando. Para intentar frenar las estadísticas en Italia han dado con una posible solución.
El uso de quimioterapia en embarazadas no causa daños en el feto a partir de las 12 semanas
El uso de quimioterapia en embarazadas no causa daños en el feto a partir de las 12 semanas
Angelica Marin, Roma (Italia) | Globalpost

En una conferencia médica en el sur de Italia en 2006, el bioingeniero Sergio Casciaro pidió a un grupo de ginecólogos que utilizasen un monitor para supervisar un nacimiento. Un médico respondió: "nos basamos en el método digital."

Y "por digital", continuó el doctor, "me refiero a los dígitos que se extienden desde la palma de mi mano", y agitó sus dedos en el aire.

Casciaro estaba atónito. "No podía creer que todavía no hubiera tecnología que proporcionase un control objetivo del nacimiento", dice-

Intentando llenar este vacío, Casciaro y su equipo de investigadores idearon AMOLAB - Control automático del Trabajo. Atando un cinturón transductor sobre la pelvis de una mujer, el dispositivo es capaz de transmitir imágenes en vivo de la posición y del ángulo del feto hasta el momento del nacimiento.

Concebido por los científicos del Consejo Nacional de Investigaciones en su tiempo libre, AMOLAB ya ha ganado el Premio Nacional de Innovación de Italia. Este verano, comenzaron sus primeros ensayos clínicos.

Para proporcionar evidencias continuas de la evolución registrada del nacimiento, Casciaro dice que el instrumento de ultrasonido en 3 dimensiones podría disuadir a los médicos de realizar cesáreas innecesarias.

"Si la media nacional de cesáreas ha alcanzado el 40 por ciento, y en el sur de Italia hay picos de hasta un 65 por ciento, tiene que haber un problema", dijo Casciaro. "Creo que la situación está fuera de control".

Durante décadas, los obstetras y matronas se han basado en gran medida en su propia intuición clínica. Ellos combinan su experiencia con una serie de instrumentos - incluyendo sus propias manos - para ayudar a controlar todo lo relativo al latido fetal y a las contracciones, el tamaño y el ángulo del bebé.

Sin embargo, estas herramientas tradicionales, como demuestra un reciente estudio publicado en la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology, exponen incluso a los médicos experimentados a altos márgenes de error.

Los médicos lo saben, por lo que ante cualquier señal de cualquier tipo de complicación durante el parto, muchos prefieren hacer una incisión, en lugar de poner en peligro al bebé y a la madre o enfrentarse a una demanda.

"Definitivamente, actualmente hay un uso excesivo de la cesárea", dice el Dr. Gianfranco Nacci, jefe de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Perrino en Brindisi, uno de los mayores centros médicos en el talón de la bota de Italia. "Esta situación no sólo afecta a Italia, sino a todos los países del mundo, incluso, por desgracia, en los países en desarrollo", explica

En todo el mundo occidental, el número de cesáreas realizadas se ha incrementado dramáticamente.

Desde la década de 1980, la Organización Mundial de la Salud ha insistido en que todos los países deben limitar los procedimientos por cesárea a no más del 15 por ciento del total de nacimientos. En Estados Unidos, las tasas han llegado a un récord nacional del 37 por ciento, según un informe reciente del Centro Nacional de Estadísticas de Salud.

Hoy en día en Italia, el número de bebés que nacen a través de cesáreas ha llegado al 38 por ciento. Esta cifra se ha duplicado en tan sólo 15 años.

Esto no significa necesariamente que haya aumentado el nivel de intervención médica en el parto. En el Hospital Perrino, donde Nacci ha ayudado a traer bebés al mundo durante 20 años, el uso de cesáreas ha sustituido a los procedimientos de mayor riesgo y más antiguos - como el uso de fórceps o ventosas para mover a un bebé a lo largo del canal del parto.

"Pero han ido demasiado lejos", dice Nacci. "Hemos llegado a porcentajes de cesáreas que no tienen ninguna justificación clínica".

Para complicar las cosas, los médicos dicen que las expectativas de los pacientes respecto al momento del parto natural también han cambiado.

"En el pasado, las madres estaban más dispuestas a esperar y a trabajar el parto durante más horas", dice Laura Bruno, una obstetra que trabaja con el doctor Nacci en el Hospital de Brindisi. "Pero ahora, algunas mujeres llegan al hospital esperando una césarea.

Sin embargo, para Sergio Casciaro, no son las expectativas de las madres, sino el deseo de los médicos de llegar a su casa para cenar lo que influye en  el resultado final. Además, dice Casciaro, en la mayoría de las regiones italianas, los hospitales pueden cobrar tarifas dobles por una cesárea, lo que continuamente inclina la balanza frente a un parto vaginal.

"Lo que quiero ofrecer tanto a los médicos como a las madres es la capacidad de tener una prueba tangible, sólida, para demostrar que tomaron la mejor decisión en ese escenario", destaca Casciaro. Aunque sin duda las cesáreas pueden salvar las vidas de las madres y de los bebés, la intervención también conduce a una recuperación más larga para la madre y a la posibilidad de efectos secundarios.

"Ahora mismo todo es subjetivo", continua Casciaro, quien piensa que la discrecionalidad de los médicos no siempre salvaguarda a las madres durante el parto. Sin embargo, AMOLAB también podría tener un beneficio para los médicos, que es el suministro de información que les proteja de juicios injustos.

El equipo de AMOLAB ha registrado su invención en una patente internacional y ahora está en conversaciones con inversores privados para financiar el salto al mercado comercial.

 

Mostrar comentarios