Venezuela se enfrenta a su propia malaria

  • La chinche besucona del mal de chagas es como el mosquito de la malaria en América. Venezuela es uno de los países donde más problemas está creando. El reciente brote en la localidad de Antimano ha puesto de manifiesto que se necesitan más medidas para controlar el chagas, según los expertos.
El mal de Chagas es la malaria de América (Imagen: CDC/ Mae Melvin)
El mal de Chagas es la malaria de América (Imagen: CDC/ Mae Melvin)
CDC/ Mae Melvin
Charlie Devereux | GlobalPost

(Caracas, Venezuela).Fue tan sólo un vaso de zumo de guayaba, pero por su culpa Emily Córdova está recibiendo ahora un tratamiento con unos efectos secundarios tan duros que muchos lo comparan con la quimioterapia contra el cáncer.Hace tres años, la joven Emily y alrededor de otros 100 alumnos y profesores en una escuela fueron infectados con la enfermedad de chagas tras beber unos zumos en la cantina.

"Es difícil porque una está acostumbrada a llevar otra vida", dice Córdova, que ahora tiene 16 años, mientras espera su turno para el tratamiento en el Instituto de Medicina Tropical de Caracas. "Cuando era pequeña mi abuela me llevaba a la playa cada fin de semana. pero ahora no puedo ir porque al tomar este tratamiento el sol me puede dejar manchas en la piel".

El brote de chagas en el instituto Andrés Bello de Chacao en 2007 es uno de los mayores de este tipo ocurridos en Venezuela en los últimos tres años. El último se registró en Antimano, al oeste de Caracas, afectando a al menos 19 personas y causando la muerte de una.

La Sociedad de Parasitología Venezolana calcula que los casos de chagas se han triplicado en las dos últimas décadas, pasando de afectar al 0,5 por ciento de la población al 1,6 por ciento.Es una enfermedad muy poco conocida, pero que afecta nada menos que a ocho millones de personas en el continente americano y mata a más personas en la región que la malaria.

El parásito que provoca el mal de chagasse transmite a través de las defecaciones de un insecto que se cría en la selva y que se conoce como chipo o chinche besucona. La enfermedad se manifiesta en dos etapas, severa y crónica, y sus síntomas pueden estar latentes durante años antes de ser diagnosticada.

En torno al 30 por ciento de quienes resultan infectados mueren de ataques cardiacos provocados por el virus. En otros casos el Chagas produce serios casos de meningitis o inflamación del cerebro.La enfermedad de chagas está aumentando de manera constante en Venezuela, explica el doctor Oscar Noya, del Instituto de Medicina Tropical, quien achaca esta situación a la invasión de los humanos del entorno natural de la chinche. Lo que más le preocupa, no obstante, es que la chinche parece estar adaptándose ahora al hábitat humano.

El aumento de los casos de chagas no es sólo una señal del abandono de un programa de control mediante fumigación que había demostrado ser efectivo, sino que también pone en duda la afirmación del Gobierno de Chávez de que la pobreza en el país se ha reducido dramáticamente.

"Todos esos programas de control en realidad se han abandonado", afirma el doctor Julio Urbina, profesor emérito del Instituto Venezolano de Investigación Científica, que ha desarrollado el Prosaconazole, una droga en fase de pruebas en España que ha demostrado ser uno de los tratamientos más efectivos para la fase crónica de la enfermedad. "Un programa de fumigación tiene que ser extensivo, sostenido y manejado por personas bien formadas. Y eso no está sucediendo así".

El Gobierno ha sido muy reservado en torno a los detalles del reciente brote en Antimano, que está a menos de 17 kilómetros del palacio presidencial. Los nuevos casos de chagas parecen demostrar que la enfermedad, que se creía hasta ahora bajo control, está de nuevo en alza.

El mes pasado las autoridades locales sanitarias del estado de Anzoategui anunciaron que presentarían una demanda contra el doctor Antonio Morocoimo, del Centro para la Investigación de Medicina Tropical de la Universidad del Este, por provocar pánico tras publicar los detalles de una investigación que demuestra que el 60 por ciento de las chinches besuconas estudiadas en un entorno salvaje transportaban el parásito de chagas.

Pese a las acusaciones de negligencia, Venezuela es considerado un país pionero en el tratamiento y prevención del chagas. Su programa de control iniciado en la década de 1950, y que incluía la fumigación coordinada, ha sido copiado en el resto del continente.

El tratamiento del doctor Urbina, mientras tanto, está siendo evaluado clínicamente en Brasil y Argentina y está a la espera de que el Gobierno de Venezuela le otorgue también permiso para realizar ensayos.

Gran parte de las causas detrás de la difusión del chagas pueden estar relacionadas con la dificultad para hacer su diagnóstico, afirma Guido Núñez-Mújica, un biólogo molecular que ha desarrollado una herramienta para disminuir el impacto de ciertas enfermedades.

LavAmp es una "fotocopiadora del ADN" portátil desarrollada por Núñez-Mújica con la que espera que los médicos del rural puedan diagnosticar a los pacientes sin tener que esperar resultados de pruebas que llegan desde Caracas.

Hasta ahora la técnica de reconocimiento del ADN que utiliza LavAmp no se ha aplicado con carácter general debido al tamaño y el precio del equipo. Pero el biólogo ha logrado reducir el tamaño de la herramienta y espera que su precio pueda bajar desde los 3.000 a los 300 dólares, lo que supondría un precio de 0,25 dólares por prueba.

De momento, sin embargo, los pacientes de chagas en Venezuela tendrán que seguir utilizando los tratamientos con los que cuentan en la actualidad.

Emily Córdova dice que al principio se enfadó con la escuela y con la cocinera que había preparado el zumo de guayaba (que también enfermó), pero que ahora ya ha aceptado lo que le ha deparado el destino. "Al principio no quería decírselo a la gente", dice, por temor a las bromas en la escuela. "Ahora lo digo con orgullo".

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