OPINION

La táctica televisiva de la BBC en su prime time electoral

La BBC noche electoral
La BBC noche electoral

Los tiempos cambian. Y la BBC decidió aligerar su estructura de viejos platós con una operación inmobiliaria que vendió, en el año 2012, su legendario Television Centre por 12.300 millones de euros. Situado en West London, la vieja sede de la BBC fue construida entre 1960 y 1963, cuando se estrenó el Stage 1 como el plató más grande de Europa. Aunque ese récord de tamaño fue demasiado efímero para la cadena británica, ya que poco después TVE inauguró su campus en Prado del Rey y la dirección del ente español decidió poner un puñado de metros más a su Estudio 1 para ganar a los ingleses. Lo que pasa es que nadie cayó en que sumar más metros también debe suponer más altura. El techo español se quedó más bajo y, por tanto, la percepción espacial siempre ha sido más limitada que el estudio homólogo londinense. 

El promotor ha transformado aquellas antiguas oficinas y redacciones en un complejo de apartamentos, hotel, oficinas, gimnasios y negocios de hostelería. Aunque, eso sí, se han mantenido los platós más emblemáticos, como ese Stage 1, que ahora alquila a la BBC y su rival ITV. Se protege la historia del edificio y, a su vez, la BBC ha cambiado su sede a un complejo más sostenible y acorde con los nuevos tiempos tecnológicos. Se trata del New Broadcasting House, situado tras el también el alegórico edificio en el que se realizó la primera emisión de radio el 15 de marzo de 1932. Arquitectónicamente, el viejo edificio crece desde 2005 hacia otro moderno que esconde una de las redacciones digitales más grandes del mundo y cinco estudios de televisión en el subsuelo. Su diseño, inundado de proyecciones de los colores oficiales de la cadena, permite ahorrar luz eléctrica gracias a grandes cristaleras y a un sistema que gestiona la temperatura de las salas, aprovechando el calor humano y la energía que desprenden los ordenadores.

Pero, además, esta sede guarda otro superpoder: está en el corazón de Londres, muy cerca de Oxford Circus. Incluso cuenta con una plaza pública que sirve de plató abierto. Así la televisión pública británica es accesible a su audiencia. Está a pie de calle. Y el espectador puede ir a sus instalaciones. Es más, puede sentir que entra en ellas como una especie de centro cultural en el que se realizan conciertos y programas abiertos al público.

Y, en la última noche electoral, la BBC ha vuelto a aprovechar el potencial de su sede. La plaza y la fachada del edificio de la cadena pública se ha transformado en el plató del especial electoral. La piedra caliza del bloque desde el que emitió la radio por primera vez ha servido de pantalla gigante en la que proyectar los datos del sondeo y escrutinio.

De esta manera, la BBC es un referente en información y, al mismo tiempo, se alza a sí misma como institución pegada a su sociedad. No proyecta los datos sólo en el parlamento, también los muestra representados en su propio edificio. Lo que favorece una iconografía y reputación de marca aplastante.

Porque la propia cadena británica, además de contar con una inversión estable que no pierde la perspectiva a la hora de apostar en contenidos relevantes, tampoco ha dejado de alimentar desde sus orígenes su imagen de emblema de la sociedad. Y lo consigue estando con su sociedad. De hecho, hasta cuando se planifica una nueva sede no se hace un inmueble en un polígono con grandes alambradas: se idea un simbólico y versátil lugar apto para crear lazos directos de credibilidad, proximidad y creatividad con la ciudadanía. También en una noche electoral. Al fin y al cabo, eso es la televisión pública.

@borjateran

Mostrar comentarios