OPINION

La sentencia del procés: así ha cambiado el acceso a la información en directo

Especial procés TVE
Especial procés TVE

La sentencia del procés ha propiciado que las grandes cadenas de televisión hayan modificado su programación habitual. Especialmente TVE, que ha variado toda su parrilla matinal. El magacín 'La Mañana', el programa de Máximo Huerta, el espacio de cocina 'Hacer de comer' y 'Corazón' han dado paso a una exhaustiva edición de 'Los Desayunos' en la que se ha digerido todo el caudal informativo en directo. Seis horas y media sin pausas que han continuado, después, con el reposo de los 'Telediarios'. 

Uno de los aciertos de TVE ha sido que su programación especial de este lunes no sólo se ha dado por el canal clásico de La 1 o Canal 24 Horas, como antaño. La misma señal también se ha distribuido por Twitter, Youtube y Facebook. En un tiempo en el que el gran portal de acceso a los medios de comunicación está en las redes sociales, la cadena pública ha sido hábil al incorporar su  directo en sus perfiles de las principales plataformas sociales, que es donde el usuario interesado busca la última hora a sólo un clic. 

Porque ya nos informamos antes por las redes sociales que acudiendo a las portadas de los medios tradicionales. Por tanto, en estas redes deben estar también los propios medios. Más aún, TVE.

Y es que, con esta acción, se protege la influencia de la cadena pública y se adapta a las necesidades de un espectador que quiere poder ver la señal televisiva en directo con una intuitiva facilidad desde su teléfono móvil. Como consecuencia, RTVE ha llegado de una manera más sencilla a los usuarios que no están en casa o no están dispuestos a teclear desde su smartphone la web de turno del canal.  Lo quieren rápido y en las redes en las que ya están sumergidos.

La televisión ya no sólo se consume por la televisión. Pero la función de servicio público de RTVE sigue intacta e incluso con más sentido que nunca, pues el periodismo debe dar herramientas al espectador para digerir la información entre el caos de desinformación. Así ha sucedido con el volumen de impactos del proces.

Ahora el reto está en que TVE cuente con los medios para ir más allá de emitir la señal en directo de sus canales tradicionales y necesita disponer del margen de maniobra para lanzar píldoras que divulguen y visibilicen el trabajo que realiza la corporación pública. 

Lejos quedan aquellas épocas en las que los 'Telediarios' tenían protocolos inamovibles.  La cadena pública debe ser tan versátil como es su público potencial en las redes sociales. Y lo es en cierto sentido, lo ha demostrado este lunes con la emisión online del día de la sentencia del procés. También con la agilidad en conexiones en directos con los puntos calientes de la movilización durante el 'Telediario' de noche.

Sin embargo, no es suficiente. RTVE debe desarrollar cuanto antes una línea visual coherente que organice este tipo de emisiones especiales en los diferentes soportes desde los que se emite. No basta sólo con rapidez para emitir, también hay que explicar de una manera clara qué, cómo y dónde se está emitiendo.  Hay que proyectar que la cadena está ahí, a sólo un clic. ¿Cómo se logra esto? Para empezar, creando una nueva iconografía de los 'Telediarios' que sea reconocible por parte del ojo del espectador como eficaz sinónimo de credibilidad.

Una iconografía coherente para ordenar el vaivén de impactos visuales que reúne un informativo, dentro y fuera de la emisión. Desde el grafismo a la coreografía de multipantallas que ya son habituales en cualquier retransmisión y que siempre deben aportar algo y que, en cambio, en los matinales de TVE parecen más imágenes de relleno que otra cosa. Porque no por mucha pantallita en emisión simultánea se hace un mejor trabajo periodístico. De hecho, a veces es más eficaz apostar por la limpieza de imagen, como mantienen las dos ediciones principales de los 'Telediarios', que es más poderosa en tiempos de sobreinformación.

La razón de ser de TVE es contrastar y explicar la información entre tanto ruido, no aturullar con un aluvión de impactos visuales que, tal vez, no aporten y sólo mareen. El espectador quiere ver lo que sucede, sí. Pero no perderse entre lo que sucede. Ahí es donde TVE debe atreverse a consolidar de nuevo su sello diferencial sin imitar a los intereses comerciales de las televisiones privadas. Un paso adelante ha sido lanzarse a la emisión en las redes sociales de referencia. Es la forma en la que la cadena pública siga creciendo y no se quede desconectada del punto de consumos audiovisuales en el que está la sociedad.

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