En la calle no suena el nombre del ganador de Gran Hermano. La final de la última edición del formato de Telecinco ha sido la menos vista de la historia del reality. Sólo 1.633.000 espectadores y un 15% de cuota de pantalla. La audiencia está más fragmentada que nunca, aunque es evidente que la repercusión social que se esperaba de este show no ha existido en 2017.
Pero la luz de la casa de GH no se ha apagado. Así lo dijo la voz del 'Super', director del programa, en los últimos minutos de la gala final. GH volverá, ya que la cúpula de Telecinco sustenta su programación en un reality que llene de contenido (casi) toda su parrilla. Y necesitan varios shows del género durante el año. De hecho, mejor si el canal logra sostener varios prime time estirando la misma inversión en tele-realidad.
Lo malo es que GH necesita tomarse un descanso. O su fórmula se hundirá más. De momento, en enero ya no habrá edición de GHVIP. La cadena piensa retrasar la versión del Gran Hermano con famosos hasta la temporada alta de otoño. Casi un año de parón, puede ser tiempo suficiente para resucitar el formato. Pero, eso sí, para triunfar GH necesitará un buen casting de populares. Ya no bastará con personajes secundarios de Sálvame diario, Viva la vida o Mujeres y hombres y viceversa, también de capa caída.
GHVIP a septiembre y ¿para cuándo el GH original? Se especula con que la versión con anónimos se hará de rogar aún más. Quizá en 2019. Es la forma de que el reality coja suficiente aire y vuelva con nuevos personajes que no estén tan resabiados de los repetitivos vicios del concurso. También el propio espectador, que cree sabérselas todas y ya se aburre del culebrón de la convivencia en la casa de Guadalix de la Sierra.
Pero, ¿y hasta entonces qué hace Telecinco para levantar la programación y mantener sus fidelizados prime times de tele-realidad? Una vez pasada la cuesta de enero, parece evidente que Mediaset debe adelantar su reality estrella: el único formato que, en los últimos años, ha seguido manteniéndose con vigor como lo más visto y comentado de su programación de entretenimiento. Se trata de Supervivientes.
El reality de náufragos, conducido por Jorge Javier Vázquez, es el gran éxito de la pasada temporada de Telecinco. La clave de su triunfo está en que no se ha quedado en el conflicto de la convivencia para apostar, además, por un sano sentido del humor. Así ha dejado pegado a la pantalla a un espectador más masivo del acérrimo fiel habitual de los personajes de la parrilla del canal principal de Mediaset.
A diferencia de otros realities del canal, que se quedan demasiado atascados en dimes y diretes muy focalizados en conflictos endogámicos de cadena, que para ser entendidos hay que estudiar un máster en Telecinco, Supervivientes es un show inclusivo para todos los públicos.
El espectador no tiene que conocer los vínculos, las peleas y las frustraciones latentes entre los participantes, ya que las galas son un jolgorio de bromas, ironías y emoción que contagian buen rollo y fluyen de las pruebas físicas que propone el programa. Un objetivo que se consigue en gran medida gracias a los reflejos e ironías de Jorge Javier Vázquez, que en Supervivientes otorga un brillante, inteligente e hilarante tono al formato, generando una imparable complicidad con el espectador.
'Supervivientes', el reality más consolidado del canal
En los últimos años, Supervivientes se ha grabado en Honduras, donde ya está montada la infraestructura y se realizan sinergias con otras versiones del show. De hecho, 'la Isla de los famosos' española se suele emitir cuando acaba la producción de la versión italiana, que no termina hasta abril. Aunque, ya se sabe, en televisión casi todo es posible. Incluso simultanear la grabación de dos versiones de países diferentes sin que se note tampoco sería tan descabellado.
Porque el reality solo con pelea no es un reality. La buena tele-realidad es una mezcla equilibrada de emoción, diversión y personajes con los que es sencillo congeniar aunque te pierdas algún capítulo de la trama, donde, en este caso, el espectador se ríe con unos participantes que Jorge Javier dibuja y perfila, en directo, con una visión de guionista de apoteósica tele-comedia. Justo lo que ha faltado en los últimos Gran Hermano, donde no ha existido un casting de anónimos en los que era fácil identificarse y reírse con ellos. Ya se lo dijo, en directo, la temporada pasada el propio Jorge Javier a sus concursantes de GH: "no me lo habéis puesto fácil".
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