OPINION

Arizona, Huntington y el imperio español

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En 1995, el sociólogo y politólogo norteamericano Samuel Huntington vino a España a presentar su libro "Choque de civilizaciones". Contaba allí que se podía dividir a la humanidad en unas ocho civilizaciones que estaban en permanente fricción. Eran las placas tectónicas de las visiones del mundo china, mulsulmana, occidental-cristiana, etc... Los conflictos se producían donde se rozaban esas placas, y se ahí se podían explicar desde la Guerra de los Balcanes hasta la guerra permanente en Oriente Medio.

Me dieron la oportunidad de entrevistar a Huntington y le pregunté si no veía roces planetarios entre la visión norteamericano-anglosajona del mundo, y la latinoamericana. Es decir, entre EEUU y México. Desde luego había imágenes como la migración de ilegales por las fronteras de Texas y la tensión permanente en EEUU con el asunto de la imnigración.

Me contestó que no pues las dos culturas procedían de la civilización cristiana. Tomé nota de ello, pero no me quedé muy convencido. Cualquiera que viaje a EEUU se da cuenta de que esa comunidad que ya es de 45 millones de latinos, sean legales o ilegales, tiene una visión del mundo, una cultura y una forma de ser distinta a la anglosajona. No es solo el ritmo de la salsa y los nachos contra las hamburguesas y la racionalidad norteamericana, sino dos formas diferentes de ver la vida. Una tiene herencia española y otra británica.

Justo diez años después, Huntington publicó "¿Quiénes somos?" (Paidós). Escribía allí que la cultura angloprotestante estaba siendo amenazada por la cultura hispana, y a pesar de sus excusas, el libro fue tachado de todo menos de tolerante.

[caption id="attachment_2038" align="alignright" width="151" caption="Edición en inglés del libro de Huntington."][/caption]

Por ejemplo,según Huntington,  el núcleo del Credo norteamericano es el individualismo, el esfuerzo, el mérito, el trabajo, la igualdad de oportunidades y por supuesto, el inglés, mientras que los hispanos son más inclinados a la familia, los lazos parentales, cierta laxitud moral, menos entusiastas del esfuerzo, más inclinados a vivir en la pobreza y por supuesto, hablan español.

Esas declaraciones desataron la furia mundial contra Huntington, quien hasta su muerte, hace pocos años, mantuvo que EEUU debía ser fiel a los valores de la cultura angloprotestante, y afirmaba que los hispanos estaban entrando con tal rapidez, que en lugar de asimilar la cultura angloprotestante, la estaban desplazando.

Me sorprendió que Huntington viera este conflicto diez años después, pero me sorprendió más que no explicara las deficiencias de la cultura angloprotestante, como el alto índice de divorcios, la separación familiar, la idea imperial de que EEUU es "la ley", el gigantesco régimen de cárceles y la delincuencia, y muchas cosas más.

Me he acordado de él ahora de nuevo, cuando en estado de Arizona ha aprobado una ley por la cual la policía puede dar el alto y pedir la documentación a cualquier persona que sea sospechos de ser inmigrante ilegal. Blanco y en botella. Eso significa que para los anglos, cualquier persona con rasgos hispano-mexicanos es sospechosa.

Nadie puede negar que hay un problema fronterizo: el norte rico, contra el sur pobre. Pero parece que estos angloprotestantes no recuerdan que Texas, Arizona, California y más territorios estuvieron bajo la corona española más tiempo del que han estado bajo el gobierno de EEUU. Fueron tierras españolas durante más de tres siglos. Luego, cuando México se independizó en 1821, pasaron a manos mexicanas, y el gobierno mexicano emitió permisos para que los colonos norteamericanos poblasen esas tierras. Los llamaron "empresarios". Gracias a esos permisos, esos colonos prosperaron.

Tampoco se acuerdan los angloprotestantes que las primeras leyes abolicionistas (contra la esclavitud) se incorporaron a la Constitución de México en 1821 pero EEUU no quiso aceptarlo. Fue una de las razones por las cuales instigaron y promovieron la independencia de Texas. Bueno, antes, EEUU introdujo inmigrantes legales e ilegales en Texas y Nuevo México (parte de Nuevo México luego fue Ariziona), y encima, esclavos negros para explotarlos sin miramientos.

No se acuerdan que los estados del sur, en los que estaba incluido Texas y Nuevo México, se unieron a la causa sudista para no dar libertad a esos esclavos negros, lo cual les valió una guerra civil

El planteamiento de Huntington es inteligente, y desde luego, después de Tocqueville, es una de las mejores explicaciones del nacimiento y la extensión del Credo angloprotestante. Se entienden muchas cosas y pone de manifiesto que allí hay un problema.

Todo el mundo estima la cultura norteamericana del esfuerzo, el sentido de superación y desde luego, los resultados obtenidos.

Pero siempre se olvidan de algunos detalles históricos, como la forma en que han obtenido esos resultados, lo cual aporta ciertas manchas a su Credo.

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