OPINION

Errores estúpidos de los jóvenes empresarios

Fortuna, éxito, dinero... Ese es el sueño de los jóvenes empresarios pero no todos triunfan. He aquí los errores típicos que cometen los jóvenes empresarios.

1. Cari, tengo la idea del billón. Increíble, qué imaginación tienes. Estás emocionado con tu idea de crear un restaurante donde los camareros miran a los clientes. Pero, si te enamoras mucho de tu idea, no le encontrarás ningún defecto. ¿No ha llegado la hora de pensar si eso realmente funcionaría? ¿Eres autocrítico? No empieces tu negocio sin haberlo sometido a la dura prueba de la realidad.

2. Pasta gansa o hacer el ganso. ¿Has heredado una fortuna? ¿Te tocó la lotería? ¿Tienes un suegro rico? Si a estas tres preguntas respondes no, entonces hazte la siguiente: ¿Por qué un banco te prestaría medio millón de euros? No hagas el ganso. Piensa en lo que te va a costar el negocio, y piensa si puedes asumir ese gasto.

3. Falta de entusiasmo. Está bien, ya estás en el banco, pero resulta que titubeas, que no te crees tu propia idea, te trastabillas. El banquero te mirará de reojo y dirá: "Que pase el siguiente".

4. Te desinflas en el peor momento. Resulta que no ha terminado el primer año y se te ha hecho todo cuesta arriba:las facturas, la línea de crédito, los gastos, los impuestos... No entra nadie en tu restaurante. Está vacío. No sabes cómo pagar y tiras la toalla. ¿Nadie te enseñó a persistir?

5. Vas muy rápido, chico. Y entonces el negocio se empieza a llenar. Se ha corrido la voz de que en tu restaurante los camareros miran a los clientes y los atienden sin dilación. Abres otro chiringuito en Cáceres, en Alicante, en Gijón, en Tarragona... hasta que llega un momento en que las deudas te empiezan a agobiar. Un pequeño parón por un verano lleno de lluvia, y la clientela no entra. Estás arruinado. Enhorabuena. Te sobró codicia.

6. Yo, copio, tú copias, todos copias. La idea resultó tan buena, que otros restaurantes la copian. Ahora resulta que todos tienen camareros que miran a los ojos de los clientes. ¿Y cuál es tu diferencia competitiva? Ahora, ninguna. Estás en el mismo sitio que al principio.

7. Te has fundido los beneficios. La verdad es que el negocio va estupendamente bien. ¿Beneficios? Te los fundes tan rápido como entran. Mientras la máquina se mantenga en movimiento, todo es estupendo. Y un día llega el parón y no tienes colchón. Te vas al agujerón.

8. ¿Talento? Se te escapan. Tú crees que eres tan talentoso que no cuidas a los que están contigo. ¿Quieren irse? Traidores. les llamas traidores. ¡Que se vayan! No eres capaz de retenerles. Pasan los meses, y esos mismos "traidores" que no supiste retener, han montado otro restaurante donde los camareros no solo miran a los clientes, sino ¡sonríen y están de buen humor! Te han arrasao.

9. La familia y los amigos, lejos. Tu mujer, tus amigos, tus compañeros, tus suegros... Has convertido la empresa en una gran obra social. Pero al cabo de los meses, no estás de acuerdo con el rendimiento de unos y de otros. O no tienen tu mismo concepto del negocio. Peleas, rupturas, divorcios. Quizá hayas triunfado en los negocios, pero te has estrellado en la vida. No metas a tu familia ni a tus amigos en tu negocio.

10. Tecnología no es poner videojuegos. Claro que es importante la tecnología, dices a tu equipo. Que monten unos videojuegos por aquí y por allá. No señor. Se trata de que tu equipo rinda más con menos esfuerzo y menos dinero. Tienes que saber qué es lo último, cómo aplicarlo y si es lo que te conviene. Por no tomártelo en serio ahora eres una empresa anticuada.

Nota: la mayor parte de estas lecciones se las escuché a los directores y fundadores de Next Limit, BlueSens, y BuyVip en las jornadas de Madrid Emprende, el pasado jueves 27  de mayo, promovidas por las Cámaras de Comercio, el Fondo Social Europeo y la revista Emprendedores.

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