OPINION

Los gamberros adolescentes de Cardiff serán humillados con lámparas rosas que muestran sus granos

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Las autoridades municipales de Cardiff, la capital galesa, están preocupados por el comportamiento antisocial de los jóvenes en algunos barrios de la ciudad. Y pretenden abordar este problema de seguridad ciudadana con una idea, cuando menos, colorida: mediante la instalación de sistemas de iluminación de color rosa para mostrar el acné de los adolescentes en sus escondrijos habituales.

La idea sería disuadir a los vándalos de acercarse a ciertos distritos comerciales de la ciudad con esta luces, para que se vieran humillados y espantados por el fulgor repentino de su acné ante el resto de semejantes.

El brillo de la iluminación rosa se dice que es poco halagüeño para el cutis adolescente, exagerando las manchas o las imperfecciones en los rostros de las personas; y los regidores de la ciudad quieren valerse de este hecho como efectiva terapia psicológica de choque.

Para ello se instalarán enormes luces rosas debajo de los puentes y los pasos inferiores donde las personas más jóvenes tienden a congregarse para beber, para que queden cercados y tengan que emigrar a pastar a prados más verdes. O por lo menos, con menos exposición lumínica.

Los directivos del consejo municipal esperan que los dispositivos, que son utilizado principalmente por los esteticistas, reducirán drásticamente el número de jóvenes que merodeaban por una zona concreta de Cardiff, que ha sido arruinada por el comportamiento antisocial.

Esta perspectiva de la iluminación rosa se planteó en una reunión entre la Policía y las comunidades de vecinos, donde a los residentes se les dijo que se había utilizado con éxito como elemento de disuasión en otros lugares, como por ejemplo en una urbanización en Nottinghamshire; y también, en Preston, Lancashire.

Sin embargo, las luces han sido criticadas por la Agencia Nacional de la Juventud galesa, que afirma sin tapujos que es desperdiciar los recursos en algo que, lo único que hará es mover a todos los jóvenes de un área para trasladarlos a otro lugar, donde el problema se reproducirá.

Las luces de color rosa funcionarían de una manera similar a las luces ultravioletas que ahora son una característica común en los baños públicos de muchos pubs ingleses, para disuadir a los consumidores de heroína poniéndoles difícil dar con el color de la vena.

Aunque quizá siguen la línea de otra propuesta más infame incluso que también llegó a los titulares británicos en el 2005, para usar aparatos que emitían un molesto tono de ultra-alta frecuencia, que sólo era audible por los mosquitos y por las personas menores de 25 años. Con o sin granos.

Vía BBCThe Sun y 24dash

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