OPINION

España, más fuerte que los españoles

Pablo Iglesias, junto a Pedro Sánchez tras firmar el pacto de coalición
Pablo Iglesias, junto a Pedro Sánchez tras firmar el pacto de coalición
EFE

La incertidumbre se ha instalado en España. La cercanía de un gobierno de Unidas Podemos-PSOE ha hecho saltar todas las alarma por lo que supondría de empeoramiento de las condiciones para la actividad económica en nuestro país: más gasto público y por tanto más impuestos; más intervencionismo en detrimento de la necesaria libertad de empresa y más poder para el nacionalismo frente a la ansiada unidad de mercado. Lo peor es que llueve sobre mojado porque la crisis catalana ha trasladado al exterior la peor imagen inimaginable y a su vez, desde hace meses, no hay un organismo internacional que no presagie que la economía española se está enfriando. Si a lo anterior unimos un mundo que parece que se ha vuelto loco con el Brexit, los chalecos amarillos en Francia o los disturbios en Chile, Colombia o Bolivia pero también Hong Kong, nos acercamos a una tormenta perfecta.

Pero entre tanta mala noticia de nuevo la serendipia me ayuda a escribir este artículo y de paso ser optimista. La semana pasada tuve el placer de escuchar a un directivo honrado y discreto como es el presidente de Bankia recordar que España tiene las hipotecas más bajas de Europa o que las pymes españolas se financian de un modo más barato que las alemanas. José Ignacio Goirigolzarri ayuda a refrescar un discurso de otro directivo patrio al recoger el premio de directivo del año. José María Álvarez-Pallete explica siempre que puede y yo me empeño en replicarlo, que en los últimos 40 años, España ha multiplicado por 14 su gasto en educación, por 13 el gasto social y por 15 el PIB per cápita. En estos pocos años de democracia, si los ponemos en relación con la larga historia de nuestra nación, se ha doblado la población activa, aumentado en siete millones las mujeres que trabajan y ocho veces el número de universitarios.

Por tanto, somos muy afortunados por vivir en España. Pero precisamente por ser españoles tenemos que convivir con la incertidumbre porque es consustancial a nuestra historia. Acaso la Transición fue un periodo tranquilo o el Siglo de Oro de nuestras letras estuve exento de conflictos. Estos días se han cumplido 200 años de la creación del Museo del Prado, una de las más importantes colecciones

de arte de la humanidad. El viejo caserón del Paseo del Prado ha acogido estos dos siglos las más excelsas muestras de genialidad de españoles universales, pero a la vez vivido guerras civiles, golpes de estado, regímenes violentos y dictatoriales, magnicidios y la peor de las bandas terroristas de Europa. Pero triunfó la creatividad frente la fatalidad y hoy tenemos en Madrid las obras de Goya y Velázquez, pero ningún terrorismo vivo.

Todos los años, a pesar de los pesares, un organismo internacional certifica, por ejemplo, que nuestro país es el segundo más visitado del mundo o que disfrutamos de la red sanitaria universal con las mayores coberturas del mundo. Los españoles seguimos sorprendiendo con nuestra capacidad de trabajar en equipo bien sea para coordinar la mejor red de trasplantes de órganos del planeta o para ganar el campeonato del mundo de Baloncesto.

Así es. La metáfora del deporte vuelve a venir al caso, hoy, para el futuro de España. Hace unos pocos días, al mismo tiempo que medio país discutía con el otro medio por un gobierno, un puñado de españoles con humildad y superando las peores adversidades como es la muerte de un padre, nos volvieron a demostrar, esta vez ganando la Copa Davis de tenis, que España es más fuerte que los españoles.

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