OPINION

“112 quejas sobre los franceses”

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En 1946, recién finalizada la II Guerra Mundial en el Pacífico por el método del K.O., el gobierno de EEUU encargó a la antropóloga Ruth Benedict un estudio sobre el carácter de los japoneses, una cultura cerrada y enigmática para la mentalidad norteamericana. El resultado fue El crisantemo y la espada”, todo un clásico de la antropología que aun hoy ofrece pistas sobre el carácter nipón.

Menos conocido es que los gabachos resultaban en aquella época –probablemente todavía hoy- tan misteriosos a ojos de los yanquis como los propios japoneses. Para que los soldados del ejército liberador comprendiera la peculiaridad de los franceses, el Ejército editó en 1945 un librito con el encantador título de 112 quejas sobre los franceses”. Al contrario del libro de Benedict, este manual para la soldadesca es una acumulación de tópicos carente de rigor y, por eso mismo, extremadamente divertido.

He aquí una selección de los mejores tópicos, extraídos de una versión escaneada del libro que encontré por ahí.

-Los franceses se pasan el día en los cafés. “No son las mismas personas las que están sentadas en los cafés. Fíjate que algunos se levantan y se van. Vienen de trabajar y van a trabajar (…)”.

-Se besan en las calles. “Besarse en ambas mejillas es un saludo tradicional francés entre viejos amigos. Cuando hacen el amor, los franceses prefieren la intimidad, igual que nosotros”.

-Las francesas son facilonas. “Es estúpido generalizar sobre las mujeres francesas a partir de las experiencias de los pocos americanos que se han topado con ellas cerca de un campamento del Ejército”.

-Son antipáticos. “Los franceses no son tan abiertos como somos los americanos. Pero tampoco lo son los ingleses, los suecos, los griegos o los mexicanos (…) Es difícil ser amistoso cuando estás hambriento y pasas frío, tras seis años de guerra”.

-Los franceses no son tan limpios como los alemanes. “Tal vez no. Si los alemanes no hubieran tenido jabón durante cinco años no hubieran estado tan limpios como les gusta”.

-¿Por qué parecen tan andrajosos? “Porque llevan ropa de antes de la guerra, de hace cinco o seis años. El francés medio nunca viste tan bien como el americano medio, pero eso es porque tiene menos dinero”.

La distorsionada visión que los autores y los probables lectores de "112 quejas sobre los franceses" tienen de nuestros vecinos explica, por ejemplo, por qué en las pelis americanas ambientadas en París la Torre Eiffel se observe desde cualquier ventana o que las patatas fritas ("french fries" en EEUU) fueran rebautizadas "patatas de la libertad" durante el desentendimiento franco-americano durante la guerra de Irak.

Visto en Wikipedia.

Más estramboticadas de la Guerra Mundial 2.0:

-Los nazis planearon envidar los judíos a Madagascar.

-El destructor rosa y otros adefesios del camuflaje naval.

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