LOS PRIMEROS HUMANOS SALIERON DE ÁFRICA GRACIAS A LOS MANANTIALES

Los primeros homínidos pudieron abandonar África oriental hace entre uno y dos millones de años gracias a que probablemente tenían acceso a cientos de manantiales que les permitieron sobrellevar largos periodos de sequía y dirigirse al norte o incluso salir del continente.
Ésta es la conclusión principal de un estudio pionero realizado por científicos de Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, y publicado en la revista ‘Nature Communications’. Los investigadores señalan que el clima no puede desempeñar un papel tan importante en la evolución humana como se afirma comúnmente, sino que la geología también influye en las migraciones.
“Esto tiene implicaciones muy importantes para la evolución humana”, afirma Gail M. Ashley, profesora del Departamento de ciencias Planetarias y Terrestres de la Universidad Rutgers (Estados Unidos), quien añade: “No estamos diciendo nada sobre por qué los humanos tempranos abandonaron África, sólo estamos diciendo que era posible salir de África pasando de un manantial a otro y que podían viajar durante periodos secos”.
El estudio se central en el papel clave de los ‘refugios hídricos’ en la evolución y dispersión de los homínidos de África oriental. Los investigadores acuñaron el término ‘hidro-refugio’ para aludir a manantiales, humedales y ríos y arroyos perennes alimentados con agua subterránea.
Este trabajo tiene una relevancia mundial porque las tierras secas cubren cerca de un 45% de la masa terrestre de la Tierra. La importancia de las aguas subterráneas para la supervivencia de los antepasados homínimos durante las dramáticas oscilaciones climáticas podría inspirar estrategias para la resiliencia humana al futuro cambio climático, según el estudio.
Durante varios millones de años, el clima africano ha fluctuado entre húmedo y seco en ciclos de 23.000 años. Puesto que la mayoría de los lagos no son potables (salinos o alcalinos) y los ríos se secan durante grandes partes del año en África oriental, donde se originaron los primeros humanos, el estudio se centró en la viabilidad de los manantiales alimentados con agua subterránea.
2,1 MILLONES DE KM2
El agua de lluvia se almacena en grandes acuíferos subterráneos y se mueve lentamente hasta que se filtra sobre la superficie como manantial. La ubicación de los manantiales alimentados por aguas subterráneas está controlada por la geología y el suministro de agua subterránea está protegido contra el cambio climático, según Ashley, una geóloga que impulsó el estudio debido a su curiosidad por los manantiales.
El área de investigación abarca casi 2,1 millones de kilómetros cuadrados y se extiende desde el norte de Tanzania hasta Etiopía, y se centra en el Valle del Rift del África oriental. Los científicos hicieron modelos hidrogeológicos del paisaje actual. Un manantial que descarga 1.000 metros cúbicos de agua al año se considera lo suficientemente productivo como para mantener un flujo continuo.
"Estoy absolutamente asombrado de cómo en algunos lugares parece que está saliendo un chorro de agua y, sin embargo, suministrará a cientos de animales al día", apunta Ashley, que ha realizado investigaciones en la región desde 1994 y ha estudiado muchos manantiales.
Usando la distribución actual de lagos, ríos y manantiales repartidos a lo largo del valle desde el norte de Tanzania hasta Etiopía, los investigadores hicieron un estudio informático para ver si habría sido posible que los seres humanos caminaran de una fuente de agua a otra y sobrevivieran. Los científicos consideraron que una persona puede caminar hasta 180 kilómetros en tres días.
"En algunos lugares, la gente no podía emigrar y se habrían quedado en una fuente durante bastante tiempo hasta que volviera a estar más húmeda y entonces se abrirían más manantiales y podrían seguir moviéndose", apunta Ashley.
Esta geóloga recalca que la sociedad ha asumido que el clima fue el factor principal en la migración y la evolución humana, si bien añade: "El clima fluctúa, pero la geología permitió el desarrollo y mantenimiento de manantiales (‘hidro-refugios’) en el paisaje, permitiendo a los humanos dispersarse y emigrar fuera de África", concluye.

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