El superordenador de IBM es un maleducado: le enseñaron a decir tacos y ahora habla como un pandillero

Los creadores del superordenador Watson metieron la pata. La empresa informática encargada de dar vida a este dispositivo, propiedad de la multinacional estadounidense IBM, se equivocó a la hora de tratar de dotar a la máquina de la capacidad para captar sentidos adicionales de las palabras. Lo que todos pensaban sería un avance se acabó convirtiendo en el mayor error de un ordenador dotado con un novedoso sistema de inteligencia artificial que le permitiría responder a las preguntas formuladas en lenguaje convencional.

Para alcanzar este objetivo sus creadores, conscientes del lenguaje que tiende a utilizar la mayor parte de la población, cargaron en la base de datos de Watson un diccionario de jerga urbana. Debido a esta incorporación, la computadora se tomó la licencia de comenzar a decir impertinencias a la gente.

Uno de los responsables de su diseño, Eric Brown, se autoinculpó por el error. Según dijo este informático, el ordenador puede absorber mucha más información que un humano, pero aún carece del intelecto suficiente como para discernir las sutiles diferencias que pueden llegar a encerrar los distintos sentidos de las palabras. "Siendo seres humanos, ni siquiera nos damos cuenta de hasta qué punto nuestra comunicación es ambigua", alegó Brown.

Al parecer, el superodenador Watson entiende a la perfección el significado de las diferentes palabras pero no sabe discernir si se pueden utilizar o no. Por ello, como medida para evitar que el ordenador pueda utilizar tacos y hablar como si de un pandillero se tratase, se ha optad por eliminar de su memoria el 'Urban Dictionary' y se incluyó un filtro para acabar con toda palabra malsonante.