Estos científicos allanaron un trozo del desierto para estudiar las dunas

    • Es el primer estudio a escala real del movimiento de las dunas de arenas por el viento.
    • El modelo puede servir para estudiar los paisajes y el clima de lugares como Marte o Titán.
Trabajos de la excavadora en el disierto de Tengger.
Trabajos de la excavadora en el disierto de Tengger.
Clément Narteau

En diciembre de 2007, Clément Narteau y su equipo se plantaron en el desierto de Tengger, en Mongolia, con una excavadora. A continuación, y durante varias semanas, la máquina peinó y allanó un área del desierto de 16 hectáreas de extensión para poder realizar un experimento de cuatro años y comprobar a escala real cómo moldea el viento las dunas.

El resultado de su estudio se publica en Nature Geoscience y es una impresionante demostración de que los modelos teóricos funcionan en condiciones reales. La intención de los investigadores era comprobar por qué las dunas crecen en determinados momentos del año y cómo influyen los vientos de invierno y verano, que soplan en direcciones diferentes.

Para la prueba, la excavadora allanó tres inmensas parcelas del desierto. Una de ellas estaba abierta a la incorporación de nueva arena, la siguiente estaba cerrada y la última estaba cubierta por gravilla para evitar la erosión. El viento levantó las dunas paulatinamente y al cabo cuatro años los montículos adquirieron una inclinación de 50 grados respecto a la dirección del viento, como predecía la teoría.

Lo que han comprobado los científicos es que las crestas de las dunas son moldeadas por los dos vientos dominantes en la zona y que, a la inversa, a partir de un patrón de distribución de la arena se puede obtener información sobre los vientos locales. Esto, aseguran los autores del trabajo, puede ser especialmente útil para el estudio de paisajes de otros planetas, como las dunas de Marte, o de satélites como Titán.

"Dejamos el área completamente aplanada", explica Narteau a lainformacion.com. "Cuando el viento arrastra la arena", añade, "las dunas se van creando a partir de pequeños defectos en la topografía. Esos defectos están presentes en cualquier superficie porque la arena es irregular". Después de cinco años, nos cuenta, las dunas han alcanzado una altura de 3 metros, y seguirán creciendo hasta alcanzar la altura de las dunas que había antes de que pasara la excavadora, 50 metros. "Las dunas crecieron aproximadamente 1 metro en el primer mes", matiza, "y después siguieron creciendo a un ritmo decreciente, de unos 0,5 m en los siguientes dos años y 0,25 en los otros dos, etc."

Las dunas son uno de los paisajes terrestres cuyas condiciones son más difíciles de recrear en un laboratorio. Se requieren grandes túneles de viento e infraestructuras muy complicadas, por lo que hasta ahora se había elaborado una simulación matemática. El experimento de Narteau en el desierto mongol demuestra que los modelos estaban bien y se pueden usar en otros ámbitos de investigación. "Esto es una validación de la teoría que contiene las propiedades climáticas para la formación de dunas", asegura el investigador. "La idea de allanar el desierto es simple", añade, "pero la idea más sencilla es siempre la mejor".

Referencia:Emergence of oblique dunes in a landscape-scale experiment(Nature Geosceince)

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