Estudian una planta para su aplicación a cremas de protección solar

  • Investigadores de la Universidad de La Rioja (UR) han identificado un compuesto protector de la planta "Jungermannia cordifolia", similar a un musgo, por lo que se estudiará su posible aplicación para elaborar cremas de protección solar, como ocurre con algunos productos extraídos de algas.

Logroño, 10 jul.- Investigadores de la Universidad de La Rioja (UR) han identificado un compuesto protector de la planta "Jungermannia cordifolia", similar a un musgo, por lo que se estudiará su posible aplicación para elaborar cremas de protección solar, como ocurre con algunos productos extraídos de algas.

El catedrático de Botánica de la UR y portavoz de este grupo de investigadores, Javier Martínez Abaigar, ha indicado a EFE que entre los compuestos protectores más importantes que se han identificado en esa planta destaca el ácido paracumaroilmálico.

Ha añadido que, una vez identificado este compuesto, puede incidirse en su aplicación en la elaboración de fotoprotectores solares para las personas, para lo que será necesario efectuar pruebas piloto; y en la bioindicación de radiación ultravioleta-B.

Martínez Abaigar ha explicado que el objetivo de esta investigación es establecer una red de bioindicación del aumento de radiación ultravioleta-B que se produce como consecuencia de la degradación del ozono estratosférico, en lo que influye el uso masivo de ciertos gases por parte del hombre.

Esa degradación de la capa de ozono provoca que la radiación ultravioleta-B que llega a la superficie de la Tierra sea mayor, lo que produce daños en muchos seres vivos, incluidos los humanos a los que provoca enrojecimiento de la piel, ciertos tipos de cáncer de piel, daños oculares y deficiencias inmunológicas; y efectos nocivos sobre las plantas y la biosfera en general.

Esta investigación estudia los mecanismos de protección de las plantas frente al exceso de radiación ultravioleta-B y evalúa sus posibles aplicaciones.

También se profundiza en el conocimiento de los efectos que tiene la radiación ultravioleta-B sobre la biosfera, lo que permitirá aumentar la información ambiental dirigida a los ciudadanos y, en consecuencia, su propia protección frente a las lesiones derivadas del exceso de este tipo de radiación.

Esto permitirá, ha subrayado, mejorar la seguridad laboral de las personas que trabajan a la intemperie y la planificación de las actividades turísticas y de ocio que se realizan en contacto con la naturaleza, preferentemente en zonas de montaña y en el verano.

Los investigadores han efectuado experimentos controlados de laboratorio, donde se han expuesto las plantas a una dosis de radiación ultravioleta-B superior en un 20% a los niveles actuales.

Esta exposición reproduce las dosis naturales que está previsto alcanzar dentro de veinte años, de acuerdo con el debilitamiento progresivo de la capa de ozono. EFE.

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