La ESA no establece contacto con la descontrolada estación rusa Fobos-Grunt

París, 25 nov.- Los expertos del observatorio australiano de la Agencia Espacial Europea (ESA) no han logrado establecer contacto esta noche con la estación interplanetaria rusa Fobos-Grunt, que orbita descontrolada alrededor de la Tierra en vez de dirigirse hacia su destino Marte.

Entre las 20.12 GMT de ayer y las 04.04 GMT de hoy los científicos disponían de una ventana de entre 6 y 8 minutos para establecer contacto desde una antena de 15 metros de diámetro situada en Perth, Australia, informó hoy la ESA.

Se trata del mismo punto de observación desde el que los expertos sí han logrado recibir información por telemetría en dos ocasiones, después de que por un fallo aún no aclarado el pasado día 8, la nave quedara en órbita terrestre en lugar de tomar rumbo a Marte.

"La estación Perth estaba preparada para las mismas técnicas y configuraciones que funcionaron antes. Pero no logramos señal de radio de vuelta desde la nave", declaró el responsable de la ESA para la Fobos-Grunt, Wolfgang Hell.

Aunque se trata de una mala noticia, la Agencia Espacial Europea encuentra algo "positivo", ya que las "observaciones desde tierra indican que la órbita de la Fobos-Grunt se ha vuelto más estable".

"Esto podría significar que la altitud de la nave, o su orientación, también están estables, lo que podría contribuir a retomar el contacto porque hemos sido capaces de predecir hacia dónde apuntan sus dos antenas", señaló el responsable de misiones y operaciones de la ESA del centro espacial alemán de Darmstadt, Manfred Warhaut.

La próxima ventana de comunicación desde el punto de observación australiano con la Fobos-Grunt será el próximo 28 de noviembre, agregó la ESA.

Por su parte, Roscosmos, la agencia espacial rusa, ha declarado que hay tiempo hasta final de mes para intentar reanimar la Fobos-Grunt y ponerla rumbo a su destino: Fobos, una de las dos lunas de Marte.

La Fobos-Grunt debía cumplir una misión de 34 meses que incluía el vuelo a Fobos, el descenso en su superficie y, finalmente, el retorno a la Tierra de una cápsula con muestras del suelo del satélite marciano.

El proyecto, con un coste de 5.000 millones de rublos (unos 170 millones de dólares), tenía como objetivo estudiar la materia inicial del sistema solar y ayudar a explicar el origen de Fobos y Deimos, la segunda luna marciana, así como de los demás satélites naturales en el sistema solar.