El 16 de octubre, día del funeral del fundador de Apple, Steve Jobs, su hermana Mona Simpson dedicó unas palabras al difunto en la Iglesia Memorial de la Universidad de Stanford, donde se dio el último adiós al genio fundador de Apple.
Mona Simpson, novelista y profesora de inglés en la Universidad de California (Los Angeles) vio a su hermano por primera vez cuando ya era una adulta, con 25 años. "Cuando conocí a Steve, era un tipo de mi edad en vaqueros, con pinta de arabe o judío y más elegante que Omar Sharif", admite su hermana en el elogio memorial que ha sido publicado hoy por el diario estadounidense The New York Times.
"No recuerdo mucho de lo que dijo aquel primer día", reconoce Mona, "sólo que sentí que era alguien a quien quería tener como amigo".
El sobrecogedor documento, lleno de sentimientos y emociones, destaca la importancia que tuvo en la vida de Mona conocer a Steve: "Aunque yo era una feminista, mi vida entera había estado esperando un hombre al que amar, que pudiera amarme a mí... Cuando tenía 25 años conocí a ese hombre, y era mi hermano".
De Jobs aprendió unas cuantas lecciones en la vida. "Su filosofía de lo estético me recuerda una frase que dice algo así como: 'Moda es lo que ahora parece hermoso y más tarde se vuelve feo. El arte puede ser feo al principio, pero luego se vuelve hermoso".
Simpson habla también de los últimos momentos que pasó junto a su hermano, inmerso en lo que describe como un "arduo viaje". "Parecía estar trepando", continúa Mona, y sus últimas palabras fueron: "Oh wow. Oh wow. Oh wow".
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