La UPM desarrolla un sistema informático para predecir la evolución de las cenizas del Eyjafjalla

  • Aunque hace semanas que no causa problemas, el volcán islandés sigue en erupción y esta podría reavivarse en cualquier momento
Wicho/Microsiervos

Desarrollado por el Grupo de Software y Modelado Ambiental el sistema utiliza datos obtenidos de los satélites Ozone Monitoring Instrument (OMI), Global Ozone Monitoring Experiment-2 (GOME-2) y SCIAMACHY para determinar el grosor de la nube de cenizas midiendo unidades Dobson mediante los datos de los satélites.

Estas unidades indican la cantidad de ozono presente en la atmósfera terrestre y están directamente relacionadas con el grosor de la capa de ozono; en el caso del volcán sirven para medir el grosor de la capa de cenizas.

Los datos de los satélites se combinan con información sobre la velocidad y dirección del viento, la humedad del aire, y otro datos similares.

De esta forma se puede hacer la previsión de hacia dónde irán las cenizas y de qué zonas afectarán, aunque obviamente es una predicción sujeta a errores, ya que el modelo considera que el volcán emite cenizas a un ritmo constante, lo que no tiene porque ser así.

De hecho, la falta de datos acerca de cómo puede cambiar el ritmo de emisiones de ceniza en la realidad es el mayor factor de incertidumbre en el proyecto y el que puede ser causante de las mayores disparidades entre las previsiones y lo que realmente suceda.

De todos modos, el modelo de software que usan como base lleva años en funcionamiento para predecir distribuciones de ozono y de polución con un elevado índice de acierto.

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