Madrid, 21 ene.- Los físicos alemanes Maximilian Haider, Harald Rose y Knut Urban, creadores del microscopio de precisión subatómica que permite estudiar la materia a escala del picómetro -un tamaño cien veces menor que el átomo-, han sido galardonados hoy con el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA.
Gracias a esta maravilla tecnológica, actualmente, los científicos pueden ver cómo se mueve cada átomo y cómo interacciona con los demás con una nitidez inédita que ha marcado un antes y un después en la investigación nanotecnológica.
Entre otros campos, el microscopio de Haider, Rose y Urban se está utilizando sobre todo para investigar materiales como el grafeno, en nuevas técnicas para la miniaturización de chips, y en biología molecular.
El acta del premio destaca la "tenacidad" de los galardonados porque "a finales de los 80, la resolución de los microscopios electrónicos utilizados para explorar materiales parecía haber alcanzado un límite infranqueable y, tras perder la esperanza, la atención de la comunidad se centró en otros aspectos".
Sin embargo, "la perseverancia" de estos tres físicos en la década siguiente dio lugar a "la comprensión, el desarrollo y la puesta en marcha de técnicas de corrección de la aberración en la óptica electrónica", destaca el jurado de la Fundación.
La labor de equipo de este trío de físicos también ha sido "esencial" en su investigación, según Avelino Coma, profesor de investigación en el Instituto de Tecnología Química de la Universidad Politécnica de Valencia y secretario del Jurado.
"Rose, con más de doscientas publicaciones en revistas científicas y 110 patentes, desarrolló la base teórica del trabajo; Haider, autor de 110 papers y 22 patentes, demostró la parte práctica del proyecto, y Urban, con 400 publicaciones y ocho patentes, desarrolló el prototipo final", ha subrayado Coma.
La muestra de la importancia del microscopio creado por estos tres físicos ha sido la rapidez con que ha sido acogido por la comunidad científica.
Desde que estos tres investigadores consiguieron financiación para el proyecto hasta la fabricación del prototipo en 1997, tan sólo pasaron seis años.
Un año después (1998) publicaron las primeras imágenes en la revista Nature y, en 2001, presentaron el prototipo públicamente ante la Sociedad de Investigación de Materiales de Estados Unidos, donde causó un gran impacto.
El microscopio, valorado en cuatro millones de dólares (en España hay dos ejemplares), permite estudiar defectos en los materiales a nivel atómico, observar las consecuencias de pequeños desplazamientos de los átomos, y la dinámica de las interacciones entre átomos y moléculas.
La técnica, de hecho, está teniendo un gran impacto en multitud de campos desde la física, a la ciencia de los materiales, pasando por la química molecular, la catálisis y, directa e indirectamente, la biología molecular, las ciencias de la vida y la medicina.
En declaraciones a los periodistas después de conocer el premio, Knut Urban ha asegurado que este microscopio "no es el punto y final" de los retos de la microscopía porque "siempre se puede ir más allá".
"Hemos mostrado que la corrección es posible, hemos demostrado que las lentes de electrones pueden ser mejoradas y se puede ir más allá. Ahora hay otros errores que intentamos corregir" pero ya forman parte del campo de la física cuántica, ha precisado.
Junto a las Ciencias Básicas (Física, Química y Matemáticas), los premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA reconocen el trabajo en otras siete áreas como la Biomedicina, las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la Ecología, el Cambio Climático, la Economía, las Finanzas y la Cooperación al desarrollo.
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